Resulta conveniente decir para empezar con buen pie que *el episodio “Reunion” (2x02) de Westworld ha sido dirigido por el canadiense Vincenzo Natali, que estuvo en el candelero por películas como Cube (1997), Cypher (2002) o Splice* (2010) y que, en los últimos años, parece sentirse muy cómodo en la ficción televisiva, pues es el responsable de algunos capítulos de series como *Hannibal (Bryan Fuller, 2013-2015), Wayward Pines (Chad Hodge, desde 2015), The Strain* (Guillermo del Toro y Chuck Hogan, 2014-2017) o *American Gods (Fuller y Michael Green, desde 2017), y *ya se había encargado del episodio “Dissonance Theory” (1x04)** de la presente, por lo que repite en ella con este último estrenado.
Su inicio es bastante sorpresivo por un par de razones. La primera es que, según lo que vemos, Arnold Weber (Jeffrey Wright) llevó en el pasado a Dolores Abernathy (Evan Rachel Wood) a su futurista mundo real, presumiblemente para una presentación de los anfitriones antes de la apertura del parque. La otra, que contemplamos desenfocado nada menos que a un joven Robert Ford (Anthony Hopkins), quien aparece de pronto, y oímos la voz inconfundible del gran actor que le interpreta. Y, si en “Journey into Night” (2x01) nos preguntamos por qué Angela (Talulah Riley) había dejado vivir y escapar a Blaine Bellamy (Christopher May), ahora descubrimos que fue para que, entre otras cosas, Dolores pudiera mostrarle la verdad de su situación a Teddy Flood (James Marsden).
Como la androide autoconsciente dice recordarlo todo, lo que nos muestran a continuación, tras unos flashbacks de la escena inicial y un encadenado de lo más coherente, es una demostración alucinante que un tal Akecheta (Zahn McClarnon) y Angela le hicieron a Logan (Ben Barnes), el cuñado desaprensivo de William (Jimmi Simpson), futuro Hombre de Negro (Ed Harris), para que invirtiese en la creación del parque de atracciones; y así nos enteramos de por qué el conjunto se llama Delos, el apellido de la familia de su mayor financiador. Por otra parte, tanto William como Clementine Pennyfeather (Angela Sarafyan), prostituta ex compañera de Maeve Millay (Thandie Newton) en el saloon, se dejan ver en pantalla por unos segundos.
Precisamente el Hombre de Negro recurre otra vez al conocedor Lawrence (Clifton Collins Jr.), al que salva su vida robótica, y zanja una sangrienta escaramuza asegurando que “la muerte ya no es lo que era” en el parque. Se propone ganar el juego en el que le metió Ford llegando a lo que se suponga que son “las puertas del cielo” y, después, reducirlo todo a cenizas. Y, mientras tanto, Dolores, Teddy y Angela se preparan para enfrentarse a “los antidisturbios” de Delos, y le suelta a uno de los trabajadores algo curioso: “¿Acaso sabes lo que custodias? No conoces el verdadero propósito de este lugar, ¿verdad? Pero yo sí”. ¿Se refiere, tal vez, a lo que supusimos de “Journey into Night” por el detalle sobre la secuela de la película original en que se basa la serie? ¿O sólo al sufrimiento de los anfitriones por los abusos de los seres humanos?
Y, al regresar a la repetida escena en que Teddy recoge una lata que se le ha caído a Dolores, con Armistice (Ingrid Bolsø Berdal) como sheriff, contemplamos la parálisis de los androides y cómo William convenció a James Delos (Peter Mullan) de que invirtiese en el parque según la recomendación de su hijo; lo que nos hace suponer que Dolores recuerda incluso lo que veía y podía escuchar cuando la paralizaban de repente y a su antojo. Y, en busca del Ejército Confederado para que se una a su guerra, se topa con Maeve, Héctor Escaton (Rodrigo Santoro) y el pobre Lee Sizemore (Simon Quarterman) y se produce un mutuo reconocimiento autoconsciente, pero sin visos de una cercana colaboración.
El Mayor Craddock (Jonathan Tucker), al que habíamos visto en la demostración para Logan, tampoco se aviene a obedecer a Dolores, por lo que esta decide darle una buena lección y revivirle con la ayuda del atemorizado Phil (Patrick Cage), empleado de Delos; y cuando Dolores le dice: “Llevamos mucho tiempo al servicio de Dios. Así que le maté”, no habla de otro sino del bueno de Robert Ford, difunto desde “The Bicameral Mind” (1x10). Después, un nuevo flashback nos revela que la anterior no había sido la única visita de Dolores al mundo real, sino que hubo otras como durante la fiesta por la jubilación indeseada de James Delos, en la que William ya demostró su debilidad por la androide, y un drogado Logan pronuncia estas enigmáticas palabras sobre la celebración: “Es el sonido de los necios jugueteando mientras toda su puta especie empieza a arder. Y lo más gracioso de todo es que ellos prendieron la mecha”. ¿Qué le ocurre a la humanidad?
Por otro lado, que la festiva ciudad fronteriza de Pariah, que habíamos conocido en el episodio “Contrapasso” (1x05), haya sido arrasada sin contemplaciones por los hombres de un nuevo personaje, el Lazo (Giancarlo Esposito), una pasada personalidad de Lawrence, no es lo que contraría de veras el Hombre de Negro cuando está cara a cara con él, sino que Ford los controle para que no pueda utilizarlos en el juego. Y, en el último flahsback, William, probablemente ya convertido en el Hombre de Negro por lo áspero que es con Dolores, comete el error de enseñarle lo que el Mayor Craddock llama Gloria, “una respuesta para una pregunta que nadie soñó hacer jamás”, en el valle que el equipo de Karl Strand (Gustaf Skarsgård) encontró hecho un lago al final de “Journey into Night”, y que la androide describe ahora a Teddy como “un arma” que pretende utilizar para destruir a sus enemigos. Parece que la cosa se va a poner más fea todavía.