Actualizado el 23 de abril a las 13:41. El pasado viernes, 20 de abril, se confirmaban los rumores. El posicionamiento del Gobierno respecto a la liberalización del mercado de licencias en España era claro: una apertura del sector generaría más problemas que beneficios, especialmente en un clima de tensión política continúo. De esta manera, y adelantándose a lo que pudiese decir el Tribunal Supremo dentro de unos días, el Consejo de Ministros aprobaba con carácter de urgencia un Decreto Ley que blindaría dos de los elementos más polémicos del transporte en España en lo que a licencias VTC, las que necesitan para operar Uber y Cabify, se refiere: la proporción 1/30 y el 20% de las operaciones fuera del lugar habitual para las VTC, ambos elementos contemplados en el ROTT (Reglamento de Ordenación de los Transportes Terrestres). Derivaba, también, el control de la proporción de licencias en cada región a los Ayuntamientos y Comunidades dando poder a regulaciones como la polémica de Ada Colau en el Área Metropolitana.

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Con esta nueva situación, a la espera de si el Constitucional decide si recurre la medida del Gobierno (lo cual promete ser un proceso largo), las diferentes partes se han posicionado al respecto del nuevo statu quo. Como no podía ser de otra manera, el sector del taxi en su totalidad ha visto esta medida como un punto favorable a su actividad y protección de sus licencias. ¿Y el resto de partes? La realidad es que en este punto no se ponen de acuerdo. Así lo ha transmitido el comunicado de UNAUTO. Con motivo del posicionamiento del Gobierno ante la limitación de las licencias VTC, la patronal ha solicitado al Tribunal Supremo que no se pronuncie al respecto de las licencias 1/30 por la pérdida sobrevenida del objeto de recurso. O lo que es lo mismo, el motivo de debate ha quedado desierto por la injerencia del sector político. Entienden que ha quedado clara la posición del Gobierno, "quien ha manifestado de manera clara e inequívoca a través de este Real Decreto Ley hasta dónde quiere que llegue el alcance de la Ley de Garantía y Unidad de Mercado".

Si bien parece que Cabify ha decidido secundar la posición de la patronal, no ha sido el caso de todas las compañías del sector. Ya quedó claro en el desarrollo del propio juicio: las posiciones encontradas respecto a la decisión de liberar el sector fue uno de los puntos de debate más intensos. Por un lado, para el unicornio español era importante no abrir de todo el mercado de las licencias por una cuestión de pérdida de poder adquisitivo con el valor de las licencias de operaciones. Según la patronal, "una desregulación incondicional acabaría volviéndose en contra del usuario, de los conductores, de las empresas del sector y de las propias plataformas". En otras palabras, afectaría a los propietarios de licencias y sus millonarias compañías creadas para lo mismo. Para Uber, este punto no da lugar a dudas: había que abrir el mercado a toda costa. Por este motivo, lamenta UNAUTO, la multinacional norteamericana no ha querido unirse a la solicitud:

"Es la propia UBER la que restringe el acceso a nuevos vehículos a su Plataforma en Madrid. Nos es difícil comprender que UBER, por un lado, continúe diciendo que no aprueba las restricciones del Gobierno y, por otro lado, sea ella misma la que tiene totalmente restringida la admisión de nuevos vehículos en su plataforma en Madrid, dando así lugar a un mercado secundario de reventa y alquiler de slots (contratos en vigor que permiten operar con la plataforma).

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Una acusación mucho más grave de lo que pudiera parecer a simple vista, la realidad es que UNAUTO acaba de acusar a Uber, socio de la patronal, de querer crear un monopolio con su actividad y buscar, en un futuro, una posición dominante sobre el resto de jugadores.

A propósito de este comunicado que “la apertura del mercado de las VTC favorecerá la creación de miles de puestos de trabajo y tendrá efectos positivos para los ciudadanos, que verán cómo se reduce el precio y mejora la calidad del servicio. Queremos seguir trabajando en colaboración con todo el sector de las VTC para alcanzar nuestro objetivo común: que cada vez más gente deje su coche en casa”.