Uno de los tópicos sin base más repetidos por lectores, cinéfilos y aquellos ciudadanos pendientes de la actualidad, cuyo rasgo común se encuentra en su sed de que les cuenten historias de todo tipo, no es otro que “la realidad supera a la ficción”. Este pensamiento se lanza con ligereza irreflexiva, sin datos fiables, y con él se subestima claramente la imaginación de nuestros narradores. Pero de lo que no cabe duda alguna es de que estos se inspiran en la realidad, aunque sólo sea para que el comportamiento de sus protagonistas resulte creíble, y de que, en multitud de ocasiones, les **seducen los hechos ocurridos de veras y los personajes carismáticos del mundo real**. Porque ¿qué tiene que envidiarle el científico Albert Einstein (1879-1955) a los genios ficticios que adoramos?
No por nada, Kenneth Biller (Perception) y Noah Pink (This Is Your Death) se centraron en él durante la temporada uno de **la serie Genius**, según la biografía escrita por Walter Isaacson y publicada en 2007, para el canal National Geographic. En diez episodios, emitidos entre abril y junio de 2017, nos contaron la interesante vida del célebre físico alemán, al que interpreta con enjundia Johnny Flynn (Lovesick) en su juventud y con maestría Geoffrey Rush (Shine, Piratas del Caribe, *Munich*) en su madurez. Y si nos diese por pensar ahora mismo en artistas de altos vuelos, es probable que el pintor español Pablo Picasso (1881-1973) saliese pronto a la palestra por la huella enorme que dejó en la pintura contemporánea; así que nos debe parecer de lo más lógico que le hayan escogido para que su trayectoria sea el motor de la segunda temporada.
Y son Alex Rich (*GLOW*) y el malagueño Antonio Banderas (Philadelphia, Entrevista con el vampiro), compatriota del pintor, los que se han metido en su piel cuando era joven, el uno, y ya maduro, el otro. Por supuesto, la encarnación que ha despertado más curiosidad es la de Banderas por su ya larga trayectoria como actor de Hollywood, donde trabaja desde hace casi tres décadas, y su vínculo con Picasso, un personaje histórico muy reconocible al que, incomprensiblemente, no parecen haberle dado muchas oportunidades en el cine: la primera película en la que le vemos es la dramática **El verano de Picasso, de Serge Bourguignon (1969**), pero comparar el papel de Banderas con el del desconocido Jim Connell en este filme sería un despropósito porque apenas sale en el curioso cierre del mismo.
Un tiempo después se estrenó **Las aventuras de Picasso, una comedia absurda horrorosa de Tage Danielsson (1978*) que uno no sabe cómo es posible que triunfara en los Premios Guldbagge y en la que ni a los guionistas, ni al director ni a Gösta Ekman (Fausto), que actúa como el artista malagueño, les importa lo más mínimo construir su personalidad al margen de las payasadas, por lo que tampoco tendría ningún sentido una comparación con la de Banderas. Y en la miniserie *El joven Picasso, de Juan Antonio Bardem (1994), no contemplamos al pintor en la misma época en la que le encarna el actor andaluz como su propio título indica, y otro tanto sucede en el drama Modigliani, de Mick Davis (2004), en la comedia fantástica Medianoche en París**, del gran Woody Allen (2011), y en la también cómica **La banda Picasso, de Fernando Colomo (2012**).
La única interpretación que de veras nos puede servir para confrontarla legítimamente con la de Antonio Banderas es la que nos brindó el inconmensurable Anthony Hopkins (Leyendas de pasión, *Hannibal) en la aceptable Sobreviviendo a Picasso, obra dramática de James Ivory (1996)* en la que demuestra de nuevo por qué le consideramos uno de los actores más talentosos de su generación. Su Picasso sexagenario está tan lleno de matices psíquicos y gestuales que bien pudiera ser una persona real, un hombre sugerente, despierto, difícil, mezquino, juguetón e histriónico. En cambio, al viejo artista de Banderas lo descubrimos mucho más sobrio y dueño de sí, contenido, calmado, con un aura de tenacidad hacendosa y de seductor intrigante en vez de sinvergüenza y festivo.
Hay que considerar, con todo, que el nombre de la película de Ivory, basada en el libro que publicó Arianna Huffington del mismo 1996 sobre el mujeriego pintor malagueño, da en la diana de su verdadero asunto: cómo las parejas del desconsiderado Picasso fueron capaces de sobrevivir a su relación con él, es decir, las auténticas protagonistas son ellas, o la joven pintora Françoise Gilot de Natascha McElhone más concretamente. Sin embargo, **aunque Genius abordará las oscuridades del artista en este aspecto, su carrera y su compromiso con el arte tendrán mayor peso o un desarrollo más destacado que en el filme, por lo que parece muy razonable que al Pablo Picasso sesentón de Antonio Banderas lo muestren más serio y concentrado en su obra pictórica y en sus esculturas**, a las que siempre puso por delante de cualquier persona de su vida.