El Gobierno de Estados Unidos ha prohibido a las empresas del país realizar cualquier venta a ZTE, el fabricante de smartphones chino autor de algunos productos tan singulares como el Axon M. Esta prohibición se extenderá durante los próximos siete años y obligará a la compañía a buscar alternativas en algunos campos.

Es el caso, por ejemplo, del terreno de los procesadores, pues varios de los modelos que comercializa en la actualidad incluyen en su interior los chips manufacturados por la estadounidense Qualcomm. Bajo esta nueva norma, ZTE tendría que buscar estos componentes en otros fabricantes fuera del país, lo cual podría afectar a estos de manera parcial en una jugada que acusará más el fabricante de smartphones, probablemente. Las estimaciones apuntan a que entre el 25 y el 30 por ciento de los productos de la compañía usan componentes de empresas estadounidenses.

El primer smartphone plegable de ZTE es una muestra más de mediocridad y desesperación

La decisión se ha hecho efectiva a raíz de un caso en el que se acusaba a ZTE de saltarse sanciones interpuestas por Estados Unidos y mandar bienes y tecnología del país a Irán, según informan desde *Reuters*. La empresa, que no ha cumplido con los tratos a los que llego con el Gobierno de EE.UU. tras descubrirse el caso, tendrá que hacer frente ahora a siete años en los que no podrá establecer este tipo de tratos comercialices con las compañías norteamericanas.

Estados Unidos vs. China

Bajo este nuevo caso subyace la realidad de que las relaciones entre Estados Unidos y China se han deteriorado en gran medida durante los últimos tiempos a todos los niveles, algo que está afectando también a las compañías tecnológicas. Las tensiones con Huawei y ZTE se remontan a 2012, cuando comenzaron a efectuarse las primeras acusaciones de espionaje y recomendaciones para evitar el uso de los terminales de estas compañías.

Las agencias de inteligencia de EE.UU. se posicionan contra Huawei

Este golpe a ZTE se sucede tras unos cuantos que ha recibido Huawei en lo que va de año, donde ha recibido ya varios disgustos que han terminado por truncar un 2018 en el que esperaba entrar por la puerta grande en el país. La poca confianza desde organizaciones gubernamentales hacia la compañía asiática provocó el aborto de la comercialización de su entonces nuevo buque insignia, sumándose en los últimos meses nuevos actores que han dado la espalda a una Huawei que ha visto reducidas a cenizas sus posibilidades de contar con una cuota de mercado significativa en Estados Unidos.