Durante años, los medios acusaron a HTC de no vender por lanzar productos que, generación a generación, tenían defectos enormes, tanto en timing como en características, precios y marketing. Últimamente, la compañía ha avanzado enormemente en la calidad de sus propuestas, estando su gama alta de smartphones en el trébol de los líderes fotográficos. Sin embargo, ni eso ni la realidad virtual de HTC Vive con la que junto a Oculus lidera el mercado, ha servido para que los resultados financieros mejoren.
Estamos ante una compañía que parece que haga lo que haga, ya no puede invertir la tendencia, y es que sus pérdidas en el cuarto trimestre del año fiscal 2017, que para la compañía comprende un período de muchas ventas como las navidades, ha arrojado unas pérdidas de 271 millones de euros, que suponen más que triplicar negativamente la cifra del año anterior.
HTC explica los resultados con ajustes de inventario que han tenido que realizar, pero una reducción del 29% en ingresos respecto al mismo trimestre del año anterior tampoco ha ayudado. Además, también hablan de mala estrategia de precios y de competición fuerte. En este sentido, hay que recordar que los flagships de HTC no tienen precios competitivos en lanzamiento, no bajan de precio como sus competidores y no tienen presencia con las operadoras, cosa que hasta hace unos años mantenían.
¿Qué puede salvar a los taiwaneses? Los próximos resultados financieros deberían reflejar los ingresos de la venta de parte de la compañía a Google, pues la operación se formalizó a finales de enero. HTC afirma que empleará el dinero para invertir en tecnologías emergentes para sus negocios y para las oportunidades a corto y largo plazo.
El problema de HTC es que la apuesta en realidad virtual con Oculus debía ser la alternativa al smartphone para "renacer", y el mercado no está creciendo como debería para nadie. La noticia más grande en los últimos meses son las rebajas sobre los kits de gama alta, no la llegada de títulos que puedan impulsar las ventas.
En este punto, lo que cabe preguntarse es por qué Google no compró HTC al completo. Probablemente, más que una cuestión económica, en Mountain View sólo interesaban los activos que adquirieron, pero tras la experiencia y la venta de Motorola a Lenovo no interesaba ganar todo el control sobre todos los aspectos de una empresa.