Actualización 16 de octubre, 16:04: portavoces de la marca Bonduelle se han puesto en contacto con Hipertextual para aclarar que tras varios análisis no se encontró restos de mandrágora en ninguno de los productos a los que se atribuía la supuesta contaminación. "La Agencia de Protección de la Salud de la Ciudad Metropolitana de Milán ha confirmado que, tras los análisis realizados sobre el producto "Spinaci Millefoglie” de Bonduelle, no hay presencia de sustancias anticolinérgicas responsables de la presunta intoxicación por mandrágora", confirmaba el comunicado oficial. "A la confirmación de la Agencia Italiana hay que sumar los datos de un reciente informe elaborado por la Universidad Pública de Navarra sobre la posible presencia de mandrágora en zonas de cultivo de la comunidad en el que se señala que esta planta nunca ha sido encontrada en la región". Por el momento, las razones de la intoxicación de la familia italiana son desconocidas.
La Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición, AECOSAN, informaba recientemente de un problema de seguridad causado por espinacas congeladas marca Bonduelle. El problema, según el informe de AECOSAN, podría deberse a la contaminación con hojas de mandrágora, una planta que contiene atropina, un veneno neurotóxico capaz de generar mareos, parálisis de ciertos órganos o, incluso, la muerte. Las autoridades han anunciado que, por el momento, hay cuatro personas hospitalizadas con diversos problemas, incluidas alucinaciones, malestar, mareos y otras cuestiones médicas relacionadas con la posible intoxicación. Ya se ha informado a la empresa y se espera la retirada del lote. Mientras tanto, la agencia recomienda precaución entre los consumidores.
Atropina, el veneno de la mandrágora
Las espinacas congeladas marca Bonduelle supuestamente contaminadas con mandrágora se venden en bolsas de plástico y corresponden al lote 15986504-722 45 M 63 tmc 082019, detectado en Italia, con fecha de consumo preferente del 31/08/2019. La planta contaminante, la mandrágora, posee en el momento de su floración unas hojas fácilmente confundibles con las de las espinacas, lo que podría haber provocado la contaminación involuntaria en la recogida del producto.La sustancia peligrosa, presente en la mandrágora, es la atropina, un anticolinérgico típico de las solanáceas, como la belladona. Este veneno alcaloide produce un efecto de parálisis en el sistema digestivo o el corazón en altas dosis, ya que afecta al sistema nervioso parasimpático. También puede afectar a la vista, a la vejiga y a otros aspectos de nuestro sistema nervioso, por lo que sus efectos son fácilmente detectables. La atropina se suele suministrar a nivel médico para ciertas afecciones concretas. Sin embargo, la contaminación con este veneno puede provocar graves fallos en el cuerpo. La mandrágora, como decíamos, es una planta típica de zonas con temperaturas elevadas. Aunque su uso está documentado a lo largo de la historia como parte de ritos chamánicos o por sus efectos curativos y, especialmente, los alucionógenos, la atropina que genera puede resultar peligrosa. Por ello, al igual que ocurre con otras plantas alcaloideas, su uso está más que desaconsejado. Aun así, hay quien la emplea como estupefaciente o, incluso, en cocina, ya que debidamente curada es comestible.La hoja de la mandrágora se parece a la de espinaca (antes de la floración). Tiene atropina y en altas dosis produce alucinaciones y delirio https://t.co/iKdD1HkvMr
— Gemma del Caño (@farmagemma) October 5, 2017