La Unión Europea sigue preocupada con la privacidad de sus ciudadanos en los que respecta a las redes sociales en Internet, sobre todo si se trata de compañías americanas en las que se puede producir un desplazamientos de los datos privados de usuarios. De un tiempo a esta parte, el regulador ha hecho especial hincapié en este apartado, sobre todo desde la caída del Safe Harbor que era, en parte, un garantía en términos de privacidad para los europeos.

Ahora, el regulador europeo está metiendo más presión a las principales redes sociales norteamericanas, en especial a Facebook (con sus distintos sabores, incluyendo WhatsApp e Instagram), a Google y a Twitter, en lo que se refiere a los términos y condiciones de uso que estas redes sociales obligan a aceptar a sus usuarios para permitir su uso dentro y fuera del territorio comunitario

La Unión Europea quiere hacer obligatorio el cifrado punto a punto

En este sentido, la Unión Europea ha solicitado a las grandes compañías americanas con componente social que cambien los términos y condiciones de uso antes de septiembre para adaptarlas mejor a la normativa europea y a las normas de protección de la privacidad y de los derechos de los ciudadanos comunitarios, al menos, en lo que se refiere al tratamiento de los datos, las garantías de derecho de los usuarios y, sobre todo, en la eliminación de contenidos de usuarios, tanto de forma voluntaria como aquellos considerados ilegales.

La solicitud del regulador europeo llega después de que las principales compañías propusieran un cambio en los términos de condiciones y uso que el usuario debe aceptar, algo que la Unión Europea consideró limitado e insuficiente en contraposición con la actual regulación europea de protección del usuario. Además, la UE quiere que en caso de conflicto entre el usuario y la empresa, este sea resuelto en el país de origen del usuario, y no en los tribunales californianos, como especifican los términos actuales.

La Unión Europea da el primer paso hacia una regulación común sobre los drones

De momento, las grandes compañías tienen hasta septiembre para mejorar las condiciones y términos de uso, antes de que la Unión Europea empiece a sancionar a las redes sociales con un paquete de multas especialmente adaptado a esta coyuntura.