A pesar de que el tiempo se acababa para llegar a un acuerdo entre Europa y USA sobre la transferencia de datos, ambas entidades han aceptado, mientras se redacta una nueva normativa comunitaria, una serie de condiciones con el fin de que no se detenga la actividad de compañías europeas y norteamericanas que basan parte de su modelo de negocio en la transferencia y manejo de los datos de los usuarios: EU-US Privacy Shield, o escudo de privacidad entre Estados Unidos y Europa será el nuevo estándar de protección entre estados.

Este acuerdo de transferencia, que está muy lejos del alcance del Safe Harbor, es el resultado de más de tres meses de negociaciones entre Estados Unidos y la Unión Europea, desde que el Tribunal Europeo de Justicia tumbase la regulación que hasta hace 4 meses mantenía a buen recaudo la transferencia de datos entre los usuarios, y que ponía de manifiesto las fricciones entre las empresas y las agencias gubernamentales en lo referente a la privacidad de los datos.

Lógicamente, sigue sin existir Safe Harbor, pero el acuerdo alcanzado tiene como objetivo abordar estos problemas relativos a la privacidad; básicamente se incluyen algunas directrices mediante las cuales se exigen unas garantías anuales a los Estados Unidos de que las agencias de inteligencia, no tendran acceso indiscriminado a datos digitales de ciudadanos europeos cuando estén almacenados en compañías residentes allí.

Eso sí, nada de esto es definitivo, pues cada estado miembro tendrá que aceptar y negociar estas condiciones por separado si quiere garantizar los datos de los usuarios. No hay Safe Harbor, y estamos muy lejos de las condiciones regulatorias anteriores, pero lo cierto es que poco a poco se van dando los pasos necesarios para garantizar el derecho a la privacidad de los usuarios.

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