supertierra

Crédito: ESO/spaceengine.org

Desde que la comunidad científica descubrió hace veinticinco años el primer exoplaneta, una denominación que describe a cualquier mundo más allá del sistema solar, la búsqueda de vida extraterrestre ha sido imparable. Una nueva investigación, publicada hoy en la revista Nature, describe el hallazgo de una supertierra potencialmente habitable situada a 39 años luz de la Tierra. "Es el exoplaneta más emocionante que he visto en la última década", afirma Jason Dittmann, autor principal del estudio y científico en el Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian de Estados Unidos.

LHS 1140b es una supertierra un poco más grande que nuestro planeta; según las estimaciones de los investigadores, el exoplaneta cuenta con un radio 1,4 veces más grande que la Tierra. Sin embargo, este mundo, que se sitúa orbitando a la estrella LHS 1140, es mucho más masivo que nuestro planeta, ya que los científicos creen que posee una masa seis veces mayor. La supertierra recién descubierta orbita además la zona habitable de su astro, localizado en la constelación de Cetus. Debido a que dicha órbita pasa por delante de la estrella, y que es factible que haya conservado buena parte de su atmósfera, el nuevo exoplaneta es uno de los candidatos más interesantes para la búsqueda de vida extraterrestre.

La supertierra LHS 1140b gira alrededor de una enana roja, una estrella más pequeña y fría que el Sol. Por este motivo, aunque el exoplaneta se localiza a una distancia diez veces menor que la que separa a la Tierra de nuestra estrella, LHS 1140b recibe la mitad de energía procedente de su astro. Desde nuestro planeta, su trayectoria alrededor de LHS 1140 se ve de canto. Cada vez que la supertierra recién hallada pasa por delante de la enana roja, bloquea el paso de la luz hacia nuestro mundo, un fenómeno que ocurre aproximadamente cada veinticinco días. Este proceso, denominado tránsito, fue precisamente lo que permitió observar indirectamente este nuevo exoplaneta gracias a la instalación MEarth y al instrumento HARPS del Observatorio Europeo Astral.

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"Es el objetivo perfecto para llevar a cabo una de las misiones más grandes de la ciencia: buscar evidencias de vida más allá de la Tierra", asegura Jason Dittmann. El exoplaneta tiene al menos 5.000 millones de años, según las estimaciones de los astrónomos, que han podido determinar asimismo su densidad, mucho más alta que la terrestre. Sus cálculos sugieren que este nuevo mundo está compuesto de roca con un núcleo denso de hierro. El equipo internacional de investigadores postula además que LHS 1140b podría ser uno de los mejores candidatos para observar y estudiar en detalle su atmósfera, en caso de que pudieran confirmar su existencia en un futuro.

"Comparado con Trappist-1 y Proxima b, es el primer exoplaneta terrestre en el que se ha podido determinar bien la masa y el tamaño", explica a Hipertextual Guillem Anglada, astrofísico de la Universidad Queen Mary de Londres, que no ha participado en la investigación. "La distancia es casi igual que la de Trappist-1, y su estrella es algo más brillante. Sin embargo, el tránsito es menos profundo y cuenta con un período más largo, por lo que las opciones para caracterizarlo son parecidas", apunta. En su opinión, el descubrimiento es un paso importante, "pero es probable que haya más planetas en órbitas más compactas", de forma similar a lo que sucede en el sistema de exoplanetas que giran alrededor de Trappist-1 y como esperan que ocurra con Proxima.

Debido a que LHS 1140b, la supertierra presentada hoy, es un planeta más masivo, el tipo de posible atmósfera y clima serían distintos, según comenta Guillem Anglada a Hipertextual. Este nuevo mundo a 39 años luz se convierte en uno de los mejores candidatos en busca de vida, aunque de momento no se haya logrado un número de exoplanetas tan alto como ocurrió con Trappist, ni se haya podido observar tan cerca como Proxima b. La carrera para encontrar nuevos mundos y, quizás vida extraterrestre algún día, continúa con el hallazgo de esta nueva supertierra.