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Cuando llegaron a México no eran refugiados, ni asilados, ni turistas. Solo eran migrantes en busca de una situación migratoria clara. Desde mayo de 2016 miles de haitianos se han refugiado en Tijuana, la ciudad fronteriza entre Estados Unidos y México, huyendo de la situación crítica que viven en su país.

Haití fue víctima en 2010 de un terremoto de magnitud 7 en la escala Richter que devastó completamente el país. El epicentro estuvo cerca de la capital del país, Puerto Príncipe, y se convirtió en el terremoto mas grave que ha sufrido Haití en los últimos 200 años.

El número de víctimas mortales llegó hasta a los 300.000, además de los más de un millón de afectados por el temblor.

Seis años después de la catástrofe, un nuevo incidente sacudió Haití, esta vez el huracán Matthew, el cual provocó la muerte de 800 personas y causó numerosas daños en la infraestructura del país.

Haití ya era uno de los países más pobres del mundo, pero la enfermedad del cólera, la falta de agua potable y la inestable situación política intensificaron la situación.

En este grave contexto, los haitianos han buscado un nuevo lugar en el que refugiarse y poder seguir con sus vidas. Tijuana se ha convertido en la mejor opción como ruta de acceso hasta llegar a Estados Unidos, donde piden asilo político.

En mayo de 2016 empezaron a llegar los haitianos a la ciudad fronteriza, en la que se reunieron más de 7.000 en el mes de octubre.

"Muchos ya pasaron a Estados Unidos pero ahorita ya no los están recibiendo. Los regresan a su lugar de origen, solo los dejan pasar para repatriarlos", explica Jorge Castro Álvarez, voluntario de la casa de migrantes Salvación Nacional en entrevista con Hipertextual.

Para los migrantes haitianos, México era solo un país de paso. A mediados de 2016 muchos lograron entrar, ya que el entonces presidente de Estados Unidos, Barack Obama, les daba asilo político. Los problemas ya empezaron entonces, cuando miles de personas procedentes de Haití buscaban cruzar la frontera. Sin embargo, Estados Unidos permitía la entrada de 70 haitianos al día, y muchos se quedaron varados en la ciudad fronteriza.

Tijuana se llenó de tiendas de campaña donde los migrantes dormían en la intemperie y los albergues llenaron hasta tres veces su capacidad para poder afrontar la llegada de los haitianos.

Cuartoscuro

En ese entonces, su sueño era llegar a Estados Unidos. Hasta que llegó Donald Trump y sus políticas migratorias. Salomé Lima, de la casa de migrantes Instituto Assunta de Tijuana, expone para Hipertextual:

Al principio ellos no querían quedarse en México, solo estaban aquí de paso. Pero se dieron cuenta de que desde enero muchos de ellos estaban siendo deportados en Estados Unidos por el cambio de Gobierno y decidieron quedarse aquí.

Un nuevo hogar

México ha pasado de ser un país de paso a uno de acogida. Muchos de ellos han conseguido un trabajo en ciudades como Tijuana y Mexicali, pero sin permiso de residencia es difícil conseguirlo. Los que lo han hecho, un porcentaje que no llega al 40% de los haitianos, "trabajan en puestos donde no hacen falta papeles, como en los estacionamientos de supermercado o en labores de seguridad", afirma el voluntario Jorge Castro.

En la actualidad siguen viviendo unos 3.500 haitianos en el estado mexicano de Baja California. Algunos de ellos han conseguido su visado y pueden permanecer legalmente en el país. Para acelerar los procesos de migración, el Gobierno ha abierto una oficina especial para ellos. La semana pasada, cinco de ellos obtuvieron sus permiso de visitante permanente.

En algunos casos, el proceso puede ser más lento ya que muchas que huyeron de la grave situación en Haití solamente llevan consigo una copia del pasaporte, no el oficial, y llevan más tiempo en el país que el permitido en la visa que les expidió México cuando llegaron.

Su situación se ha convertido en un reto político y desde la Secretaría de la Frontera Norte del Partido Revolucionario Institucional (PRI) reconocieron que hay que acelerar el proceso para legalizar la situación de los cerca de 3.500 haitianos que siguen en Tijuana.

El número de albergues también se ha incrementado considerablemente desde mayo de 2016, cuando solo había cinco casas de migrantes disponibles para los recién llegados. En la actualidad, hay 32. "Ahora tenemos a 25 haitianos viviendo en Casa Assunta y tenemos una capacidad para 44. Hace meses llegamos a tener hasta 150 haitianos", resalta Salomé Lima.

Muchos haitianos viajaron hasta Brasil porque allí también contaban con un programa especial para ellos. Tras la destitución de Dilma Rousseff como presidenta, su futuro no está claro en Brasil. A pesar de ello, algunos prefieren volver a intentarlo en el país ahora presidido por Michel Temer. Sin embargo, hay muchos otros que han decidido que México sea su nuevo hogar, y han llegado para quedarse.

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