Al igual que sus dos últimos predecesores, el Galaxy S8 de Samsung llega a las masas en dos versiones diferentes: S8 y S8+. La compañía, eso sí, se desprende por primera vez del apellido edge y adopta el “+” para su versión de mayor tamaño. La decisión tiene una explicación muy sencilla: el término edge se utiliza para identificar las variantes con pantalla curva; en el caso del Galaxy S8, ambos modelos, por primera vez, montan un panel curvo en los laterales. Emplear el término edge, por lo tanto, sería inapropiado.

Pese a la homogeneización de la pantalla curva en los teléfonos flagship de Samsung, ambos modelos sí tienen varias diferencias, aunque menos que en generaciones anteriores.

Principalmente, las diferencias se encuentran en el tamaño, el peso, las dimensiones de la pantalla, la capacidad de la batería y, obviamente, el precio. El Galaxy S8+ es más grande y pesado, pero su pantalla también crece hasta las 6,2 pulgadas. La batería del S8+ es 500 mAh más grande, y su precio 100€ más elevado.

Ambos modelos llegarán a Europa el 28 de abril, un mes después de su presentación oficial. Los precios, como se indica en la tabla, son 809€ para la variante estándar y 909€ para la versión plus.

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