La victoria de Donald Trump en las elecciones de Estados Unidos anticipa un auténtico desastre para el medioambiente. Eso es al menos lo que opinan los expertos consultados por Hipertextual, después de que un auténtico escéptico del calentamiento global como Trump haya ganado la carrera por la presidencia de EEUU.
El líder republicano no es el primer político en la lista de negacionistas del cambio climático. Nicolas Sarkozy o Vladimir Putin son dos ejemplos de la filosofía enarbolada por Trump durante la campaña electoral y también de forma anterior. En 2012, el hoy presidente electo afirmó que el calentamiento global era "un invento de China" para hacer que EEUU fuera menos competitivo. Dos años después, el republicano seguía en sus trece afirmando que el cambio climático era "un fraude".
No contento con estas polémicas declaraciones, Donald Trump ha mantenido su posición negacionista durante toda la campaña electoral, donde comentó que el calentamiento global tenía un origen natural y no era producto de la actividad humana. "No solo manifiesta su más que evidente mirada cortoplacista, sino que refleja la incultura científica supina que pulula por su cabeza y, por consiguiente, en parte de la sociedad americana que le ha hecho presidente de los Estados Unidos, convirtiéndole en el hombre más poderoso del mundo", denuncia Pablo Rodríguez Ros, investigador del Instituto de Ciencias del Mar del CSIC.
"Va a abandonar el Acuerdo de París"
"Las diferencias entre Hillary Clinton y Donald Trump sobre políticas medioambientales son cualitativas", opina Andreu Escrivà, doctor en Biodiversidad y divulgador ambiental. "Obama quería hacer del cambio climático la pieza angular de su legado, intentando aprobar una ley bastante ambiciosa en 2010 que le tumbaron o el reciente Clean Power Act", explica en conversación telefónica con este medio. A su juicio, Obama ha construido un "relato muy potente" al apoyar el Acuerdo de París y la ratificación temprana con China o promocionar el documental de Leonardo di Caprio.
Según Escrivà, quien forma parte del Comité de Expertos en Cambio Climático de la Comunitat Valenciana, "la política de Obama ha sido un símbolo, me temo que su prioridad será romper con todo lo ha hecho Barack a muchos niveles". "Ojalá me equivoque, pero es que Trump parte de que el calentamiento global ni siquiera es un problema", lamenta. Sus críticas son parecidas a las de Rodríguez Ros, que recuerda que la revista Nature ya ha catalogado a Donald Trump como "el primer presidente anticientífico que han tenido en toda la historia de EEUU". "Hillary Clinton no tenía esa prioridad como Obama, pero al menos había manifestado una voluntad continuista; la diferencia entre ambos hubiera sido muy notable", dice Escrivà.
Donald Trump llegó a decir que nadie le iba a prohibir el uso de su laca ya que, en su opinión, no perjudicaba al medio ambiente por el hecho de aplicársela en casa. "Es tremendo", explica el divulgador ambiental, porque el presidente electo de EEUU defiende un "liberalismo mal entendido". Andreu Escrivà, autor de Encara no és tard, un libro de divulgación sobre el cambio climático ganador del XXII Premi Europeu de Divulgació Científica Estudi General de la Universitat de València, señala que sus compromisos electorales atarán de pies y manos al político republicano. "Ha ganado en estados post-industriales con niveles de depresión [económica] tremendos y prometió, por ejemplo, recuperar el carbón o autorizar nuevas licencias de fracking", apunta.
El objetivo del 1,5ºC, en peligro
¿Cumplirá Trump todas sus amenazas? El periodista Eduardo Suárez repasa en Univisión Noticias lo que podrá hacer y lo que no. Una de las políticas donde tiene "vía libre" es, precisamente, la que afecta al medio ambiente. "El acuerdo de París no es vinculante, aunque hay un margen de tiempo para que los países firmantes no se echen para atrás. Pero el problema no es tanto la legalidad ni los mecanismos de entrada o salida, sino realmente qué va a hacer EEUU", comenta Escrivà. Los compromisos en la lucha contra el cambio climático son fijados por los propios países, que pueden directamente no cumplir sus objetivos. "Va a pasar de todo y no va a cumplirlo, además, en cuanto tenga oportunidad, va a abandonar el acuerdo", augura el experto consultado por Hipertextual.
"La línea argumentativa de Trump en este aspecto es muy simple: 'El cambio climático es un mito (creado por China, como dijo) que no nos conviene porque tenemos que ser ambientalmente más sostenibles, lo que conlleva menos puestos de trabajo' (premisa que es falsa)", según Rodríguez Ros. En opinión de Escrivà, el problema no es únicamente Estados Unidos, sino el efecto dominó que puede provocar en otros países, tales como China e India. Incluso Europa, que siempre ha liderado los esfuerzos contra el calentamiento global, podría dejar de tirar del carro. "En cuatro años no veremos las consecuencias desastrosas y quizás de aquella nos digan 'veis como era mentira, nos hemos salido del Acuerdo de París y no se ha acabado el mundo'. Sin embargo, cuando de verdad veamos los efectos del cambio climático, no habrá marcha atrás", alerta el investigador.
"Para asegurar el objetivo del 1,5ºC tenemos de tiempo hasta 2020. Hay que hacer una drástica reducción de las emisiones contaminantes. Pero Trump compromete mucho esa posibilidad. Es una amenaza para el objetivo del 1,5ºC", comenta Escrivà. Aunque los países participantes en la conferencia COP22 han asegurado que seguirán adelante con o sin Estados Unidos, este país sigue siendo uno de los más contaminantes del mundo. El hecho de que un escéptico del cambio climático como Trump haya subido al poder hará que la política norteamericana se tambalee. El presidente electo podría eliminar la EPA, una institución pionera en legislación medioambiental y en investigación. "Me preocupa que no se esté poniendo el foco en otras entidades que juegan un papel muy importante, como la NASA o la NOAA. Aunque Estados Unidos cuenta con empresas muy contaminantes, su entramado político es más potente; volver a construir todo eso va a ser muy difícil", sostiene Escrivà.
Según las encuestas, el cambio climático es una cuestión que divide más que el aborto en Estados Unidos. "Tiene un componente identitario, aunque se presenten los hechos, los escépticos permanecen refractarios a los datos. No es un problema de educación, sino que forma parte de un pack ideológico", apunta el divulgador ambiental. La lucha contra el calentamiento global se ha relacionado tradicionalmente con los europeos, los socialistas o los demócratas. "Mucha gente del partido republicano defiende lo que dice Trump, que el cambio climático no es real, sino más bien un engaño", explica a Hipertextual. "Si eres de Wyoming, estás en el paro y pueden abrirte una mina de carbón, te preocupará más vivir y trabajar que no este problema", dice Escrivà. El cambio climático no ha sido ni será prioridad política para Trump, algo que repercutirá a nivel internacional. "Aquellos países que prefieran seguir siendo 'negros' en cuanto a las emisiones, lo harán en detrimento de seguir empobreciendo a otros estados, en el deterioro de la calidad ambiental de la Tierra y, en general, de nuestras posibilidades de supervivencia como especie", concluye Rodríguez Ros.