La clave para tomar buenas fotografías callejeras consiste en dos atributos: saber posicionarse en el lugar indicado y esperar el instante en el que los elementos se alineen pidiendo a gritos ser retratados por un ojo vigilante.
En Hipertextual hemos escrito bastante acerca de individuos que son expertos en este medio de expresión. Sujetos apasionados por capturar la realidad de maneras creativas e interesantes. Cada uno con su propio estilo, el cual refleja el aspecto único del trabajo de cada uno.
Todos los artistas que escogen este campo de trabajo sienten una inmensa pasión por lo que hacen. No es muy bien remunerado y muchos consideran que no cuentan con el nivel de profesionalismo de otros fotógrafos. Sin embargo, estos prejuicios no se corresponden con la realidad.
La mayoría de fotografías que verán a continuación son más meritorias que sus contrapartes capturadas en estudios profesionales plagados de luces y otros equipos especializados. Capturan aspectos de la realidad que existen por segundos para luego desaparecer por siempre.
Fotógrafos de este estilo son historiadores de la cotidianidad. Aunque no participan directamente en la labor creadora como otros artistas, su visión personal suele ser igual de valiosa. Lugares por los que cualquiera de nosotros pasaría por delante sin notar nada se convierten, de repente, en obras de arte dignas de admiración. Este es un fenómeno bastante raro que se ve muy poco. Algunas imágenes incluso llegan a contar historias completas, valiéndose apenas de unos segundos de nuestra atención, junto con elementos hechos disponibles al azar.
La recopilación de fotografías callejeras que verán a continuación es impresionante. Cada una es una joya hecha posible por los avances tecnológicos que permiten retratar un momento instantáneamente. Sin esta ventaja, el trabajo de estos humanos no sería posible.