Uber

De sobra es conocida la facilidad que tiene Uber para entrar en otros segmentos de negocio en los que el transporte sea la base de las operaciones: pasajeros, enfermos, barcos, helicópteros... Cualquier cosa susceptible de añadirse a la lista tiene cabida.

Lógicamente, la más popular de todas es la de los pasajeros en sustitución del tradicional taxi. No tienen rival que les pueda hacer daño ni de lejos. Pero la que se está convirtiendo en su segunda línea de negocio apunta por buen camino: UberEats. Fundadada en 2015, a mediados de ese mismo año, se creaba la filial de reparto de comida. Con un sistema similar de cualquier otra app del sector delivery, quería aprovechar de una manera diferente toda la flota de coches que tenían desplegada por las ciudades donde operan. Su ventaja comparativa de número de conductores respecto a otras empresas, así como el hecho de que era una forma eficiente de amortizar los tiempos muertos de los chóferes, les posicionaba como un rival muy fuerte. Otra vez.

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Algo más de uno año y 36 ciudades

Ha sido, de hecho, una salida legal a los problemas con los que se ha enfrentado Uber contra el sector del taxi. La reconversión de los conductores de la plataforma a repartidores fue una de las cuestiones más sonadas hace unos meses, sobre todo en Barcelona. La estrategia de la compañía de adaptarse a la normativa legal vigente en el país les obligó a cerrar sus actividades complementarias para centrarse en el transporte de pasajeros. Lo que supuso el cese de UberEats en la Ciudad Condal, no sin antes recordar que volverían. Otra vez.

. La empresa ha comenzado a reclutar, sin embargo la fecha de lanzamiento del servicio Eats es desconocida. Sea como fuere, eso dejó la cifra de Europa bastante desolada. Londres y París son las únicas grandes ciudades que siguen disfrutando de los servicios de reparto de comida de la californiana. Sin embargo, la estrategia que la plataforma ha ido demostrando en los últimos meses indica que posiblemente estén pensándose la idea de afrontar el reto de Italia y algunos países del norte. Y en España donde, tras el cierre de Take Eat Easy y la agrupación de otros grandes jugadores del mercado, podrían tener alguna oportunidad.

Melbourne y Sydney en Australia y Singapore en Asia han sido las conquistas más lejanas para UberEats. Porque, sin duda, donde cuenta con más presencia es en Norteamérica: más flota de coches, una legislación mucho más propicia y más mercado. Entre Canadá y Estados Unidos controlan 27 grandes ciudades. Prácticamente las mismas en las que transporta pasajeros.

Una escalada meteórica que simplemente supuso la creación de una nueva app basada en la experiencia de Uber, aprovechar su red de conductores para garantizar tiempos no superiores a los 35 minutos y la ampliación del equipo de marketing para la ronda de contactos con los restaurantes. Prácticamente todo el trabajo de "nombre" estaba hecho antes de cualquier aproximación. Después de todo, ¿quién no conoce a Uber?

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Y ahora México

Los rumores siempre habían estado ahí. México y su capital eran uno de los territorios más exitosos para las arcas de Uber. No exenta de polémicas, la californiana siempre las tiene allá por donde pisa, este país fue el primero en Latinoamérica, y prácticamente en todo el mundo, en regular la actividad de la compañía.

Era de esperar que el segundo producto más popular de la lista de Uber tendría que llegar al país. La primera noticia se hacía en forma de oferta de trabajo para encontrar a la persona indicada de empezar las operaciones en el país: desarrollo de procesos, planificación de expansión, estrategia y análisis de conductores, restaurantes y clientes. Una expansión del negocio en toda regla que ya se dibujaba como casi segura para 2016.

Ahora, oficialmente, UberEats ha empezado a planear operaciones en la capital mexicana haciendo una competencia directa a Sin Delantal, Rappi, Kiwi y Kangou. Un mercado de casi 10 millones de dólares y con el 11% de los comercios con posibilidad de incluirse en el servicio de la entidad.