Take Eat Easy, una de las startups de comida a domicilio más interesantes, que combinaba marketplace de comida con delivery, no ha terminado de afinar un modelo de negocio sostenible como para mantener el negocio en funcionamiento. Ha sido su propicio CEO, a través de un extenso artículo en Medium, el que ha explicado las razones detrás del cierre del servicio, que en los últimos doce meses experimentó un crecimiento sin precedentes en el sector del delivery de comida a domicilio.

De hecho, en el último año Take Eat Easy aumentó su equipo desde apenas 10 trabajadores a 160 y movió sus operaciones de 2 a 20 ciudades europeas, sumando un total de 3200 restaurantes para un público de 350.000 usuarios, un tercio de los mismos usuarios activos del servicio con una media de 1,5 pedidos al mes. Con esos números, poco se puede decir de un negocio que, en menos de un año, se ha constituido como uno de las favoritos para el público más gourmet de la comida a domicilio.

No obstante, pese a que los números en usuarios y pedidos (que acababan de superar la marca del millón) han crecido de forma exponencial, los ingresos de Take Eat Easy no lo han hecho en el mismo sentido. De hecho, pese a la escala de su negocio, la compañía no ha conseguido que el ingresos medio por usuario haya sido lo suficiente amplio como para cubrir los costes operativos del negocio, manteniendo márgenes operativos negativos de forma constante.

Su volumen de ingresos no es suficiente como para cubrir los costes operativosDe hecho, el problema principal para la compañía ha sido el margen de contribución, que para un modelo de negocio como el de Take Eat Easy incluye un buen número de variables que afecta a la sostenibilidad positiva del modelo: la comisión del restaurante, el precio medio de cada pedido, la cuota por cada entrega y el coste del envío, siendo algunas de esta variables de mercado y fuera del control de Take Eat Easy, lo que ha complicado aún más sus estimaciones de costes operativos y, por extensión, el volumen de ingresos mínimos exigidos para mantener un margen de contribución positivo.

Eso, unido a la existencia de costes fijos que no se han podido diluir lo suficiente entre la base de usuarios frente al nivel de ingresos, ha sido el punto final para una compañía cuyos números no han sido lo suficientemente convincentes. Al menos no como para recibir una inyección de capital en una tercera ronda de financiación, un soplo de aire que hubiera ayudado a Take Eat Easy a mantener sus operaciones, al menos el tiempo suficiente como para optimizar las operaciones a un nivel en el que sus costes no ahogasen sus ingresos.

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