El arranque de los Juegos Olímpicos 2016 está marcado por el brote de zika que afecta a Brasil. El país, que ha notificado a la Organización Mundial de la Salud la detección de más de 165.000 casos confirmados y sospechosos del virus, se ha visto superado por una enfermedad bastante desconocida que preocupa a las autoridades por su relación con malformaciones congénitas y trastornos neurológicos. Estos problemas de salud han sido detectados en los recién nacidos cuyas madres habían sido infectadas durante el embarazo.
El zika produce síntomas leves, aunque preocupa su relación con las microcefalias y los trastornos neurológicos detectados en recién nacidos
El inicio de las Olimpiadas de Río de Janeiro se suma a la creciente expansión del zika por América Latina, donde las últimas previsiones apuntan que podría llegar a haber 93 millones de personas afectadas por esta enfermedad. Estados Unidos también ha confirmado la detección de los primeros casos autóctonos en Florida, una posibilidad que la ciencia predijo aunque la clase política decidiera ignorar el aviso. Ante esta epidemia, ¿qué podemos hacer para prevenir la transmisión del virus?
Así podremos evitar el virus
Por desgracia, no existe ninguna vacuna para prevenir el contagio. Los avances en investigación de los últimos meses han conseguido acelerar el estudio de la primera vacuna en humanos. Un trabajo publicado en Science también ha demostrado que la vacuna confiere inmunidad completa frente al virus en primates, lo que podría acelerar la prevención de la infección.
No existe vacuna todavía, pero es posible prevenir la enfermedad evitando la picadura de los mosquitos que la transmiten
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) señalan que es posible frenar la patología evitando las picaduras de mosquitos. Los insectos que propagan el virus, actuando como vectores, pican principalmente durante el día y pueden estar detrás de otras enfermedades como el dengue o el chikunguña. Para esquivar las picaduras, los CDC recomiendan utilizar repelentes, usar ropa que nos cubra todo el cuerpo, emplear mosquiteros y mallas para evitar la entrada de insectos a nuestros hogares, aplicar permetrina sobre la ropa y los equipos, vigilar la existencia de agua estancada en macetas, juguetes o piscinas y, por último, encender el aire acondicionado si disponemos de un equipo.
La transmisión no se produce únicamente por picaduras de mosquitos del género Aedes, sino que también se ha demostrado la posibilidad de contagio en el caso de haber mantenido relaciones sexuales con una persona infectada. Por este motivo, los expertos aconsejan el uso de preservativos y de condones bucales para reducir el riesgo. Estos "métodos de barrera" han de ser utilizados en todo momento durante el acto sexual y cada vez que se practique sexo vaginal, anal u oral. Además, los especialistas recomiendan no compartir juguetes sexuales y, en último caso, abstenerse de mantener relaciones sexuales en el caso de que la pareja quiera concebir. Las autoridades también piden a las mujeres embarazadas o que deseen tener un hijo próximamente que, en lo posible, eviten viajar a las zonas más afectadas.
Utilizar condones para evitar la transmisión sexual del virus y no viajar a las zonas más afectadas son otras recomendaciones oficiales
Los investigadores se encuentran actualmente investigando otras vías de transmisión de la enfermedad, tales como las transfusiones de sangre o la exposición al virus en un laboratorio de investigación, aunque estos casos sean minoritarios. La enfermedad produce en la mayoría de los casos síntomas leves, por lo que no puede ser comparable a infecciones tan graves como el ébola. Su asociación con las malformaciones congénitas y el desarrollo de vacunas, tratamientos y nuevos métodos de diagnóstico son las principales preocupaciones acerca de una infección que llegó a Latinoamérica antes del Mundial de fútbol de 2014.