Una de las sagas de space opera más famosas y longevas vuelve a la gran pantalla con su décima tercera película, Star Trek Beyond, para la que J.J. Abrams le ha cedido el puesto de director al taiwanés Justin Lin.Viendo la trayectoria de Lin, parece que se trata de uno de esos realizadores que comenzaron en el mundo del cine independiente, quizá más porque no tenía más remedio que por interés en sus esencias, y que no pierden la primera oportunidad que les dan de meter la cabeza en Hollywood y allí terminan, dedicándose a rodar filmes comerciales de encargo, cómodamente. Esto no quiere decir que no puedan demostrar que son cineastas habilidosos, claro está, y Lin, que empezó dirigiendo la sencilla e independiente Better Luck Tomorrow (2002), ha acabado ocupándose de la ridícula tercera entrega de Fast and Furious (2006) y de las muy decentes tres continuaciones que siguieron (2009-2013) hasta que le relevó James Wan para la séptima.

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Fruto de su probada experiencia en el cine de acción y aventuras, y de su pericia para las secuencias correspondientes, es que le eligieran para comandar las últimas peripecias de la nave Enterprise, que ya lleva justo medio siglo surcando el espacio-tiempo desde que arrancó la serie original (Gene Roddenberry, 1966-1969), y cuyo universo ficticio nos ha dejado nada menos que otras siete series, una pendiente de estreno, y trece películas ya. Así que Lin llega a este aniversario cuando la mitología de Star Trek, su naturaleza y su estilo se encuentran más que establecidos, consciente del peso de unos fans numerosos a los que hay que tener contentos y de que, entonces, un cambio de rumbo a estas alturas quizá no convenga ni probablemente los productores estarían dispuestos a tolerarlo.

Ya sería suficiente para ellos que se optase por unas secuelas-reboot en el proyecto de proseguir con la saga, con el nuevo reparto que era de esperar y el inevitable rejuvenecimiento de los héroes, que no gustó nada a algunos reaccionarios. De modo que Lin y los guionistas acreditados Simon Pegg y Doug Jung, y los no acreditados Roberto Orci, John D. Payne y Patrick McKay, han mostrado en esta tesitura un apreciable respeto por las característica propias de esta space opera, ofreciendo el filme más indudablemente trek en el tono de la última etapa.star trek beyond
Star Trek Beyond es el filme más indudablemente trek en el tono de la última etapa, pero también el menos apasionantePero que sea así no tiene por qué resultar positivo por necesidad. De hecho, si Star Trek Beyond puede ser considerada la menos satisfactoria de las tres que componen de momento el reboot, se debe a que **se parece mucho más que las dos anteriores al resto, a la dinámica de aventura ligera sin demasiada introspección y, claro, mucho menos dramática y espectacular de lo que llegó a ofrecernos el bueno de Abrams*. Cuando el verdadero dramatismo se presentaba y los dilemas internos de los personajes salían con fuerza a la superficie en las películas de los viejos capitanes James T. Kirk (William Shatner) y Jean-Luc Picard (Patrick Stewart), estas se elevaban aunque fuera un pelín, y eso es lo que Abrams potenció en las dos precedentes, aparte de los enfrentamientos apasionantes, lo emocional y su propio gran sentido del espectáculo.

Si en Star Trek (Abrams, 2009) y Star Trek Into Darkness (Abrams, 2013) había un empeño en hacer reconocibles a los personajes visibilizando con suma claridad su idiosincrasia en las conversaciones, en su comportamiento y, sobre todo en el caso de Kirk y Spock, en sus preocupaciones, probablemente debido al mismo hecho del reboot, *Star Trek Beyond se desarrolla más por pura inercia que por otra cosa. Lin y su equipo habrán pensado que los dos filmes antecedentes ya habían renovado y hecho identificable la identidad de la saga y, así, habrán preferido centrarse en las andanzas de la tripulación de la Enterprise con pocos respiros*, algo que al director se le da bien a luz de su paso por Fast and Furious* y de este, su último resultado. De modo que han reducido al mínimo las cuitas de Kirk y de Spock, planteadas y resueltas aquí de manera superficial.

Quizá influidos por la escasa introspección, las interpretaciones de Chris Pine como Kirk y, en especial, la de Zachary Quinto como Spock se sienten más deslucidas en esta ocasión; si bien tanto ellos como el resto del reparto se desenvuelven con soltura, incluyendo a las nuevas incorporaciones: Sofia Boutella como Jaylah e Idris Elba como Krall, este último un villano movido por idéntico deseo que Nero (Eric Bana) en la décima primera, el individuo al que encarna Benedict Cumberbatch en la décima segunda y otros en las anteriores. Y el gracioso de Scotty gana algo más de protagonismo, quizá porque el propio Pegg, que le da vida, también es uno de los autores de este libreto, como hemos visto, y se ha reservado el derecho de mimar más a su personaje.

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Pero que Star Trek Beyond sea más trek y menos emocionalmente profunda y absorbente, y sus personajes más débiles, no implica que no pueda tratarse de una aventura cinematográfica competente y un entretenimiento placentero. Así es a pesar de todo, porque Lin logra que las dos horas que dura se nos pasen más o menos volando con el buen ritmo que le imprime a la película. Y hay que decir que, si algunos de sus elementos nos dejan con la boca abierta en determinado momento, uno de ellos es **el fabuloso diseño de la base estelar Yorktown, ideado por los guionistas*, y quizá alguna revelación identitaria semejante a la de Star Trek Into Darkness*.

Conclusión

Star Trek Beyond no pasará a la historia como una de las mejores entregas de esta legendaria saga galáctica, y casi se nos antoja elaborada con el piloto automático. Pero algo deben de tener estos ficticios viajes de la nave Enterprise por el espacio, la última frontera, para llegar a donde ningún otro ser humano ha llegado jamás.

Pros

  • Que es una aventura cinematográfica competente y un entretenimiento placentero.
  • Que el gracioso de Scotty (Simon Pegg) gana algo más de protagonismo.
  • El fabuloso diseño de la base estelar Yorktown, ideado por los guionistas.

Contras

  • Que es mucho menos dramática y espectacular que las dos anteriores.
  • Que se desarrolla más por pura inercia que por otra cosa.
  • Que han reducido al mínimo las cuitas de Kirk y de Spock.