Apple y Google mantienen Android e iOS, los dos sistemas operativos más relevantes de la década. Esto ha llevado a los dos gigantes californianos a una guerra fría durante los últimos años a través de batallas legales subsidiarias, la más famosa de ellas siendo la extensa lucha judicial entre Apple y Samsung.
Todo comenzó con Eric Schmidt, el por entonces CEO de Google y miembro de la junta de directores de Apple, siendo expulsado de Apple por la propia junta —a instancias de Steve Jobs— cuando Google empezó a pivotar Android para acercase más a la idea del iPhone en vez de a la de BlackBerry.
Pero cuando hay dinero de por medio, los enemigos se convierten en aliados, y los amigos en mejores amigos. Google ha conseguido un gran contrato de Apple, que mudará gran parte de su infraestructura “en la nube” de Amazon a los servidores de Google. El contrato, según las fuentes de CRN, podría estar valorado entre 400 y 600 millones de dólares.
Esto no quiere decir que Apple abandone la red de Amazon, ni tampoco la extensa red de Microsoft Azure, que también utiliza y de la que es su mayor cliente. Apple tiene unas necesidades de infraestructura online de primer orden, y como tal es seguramente uno de los mayores clientes del mundo, y necesita repartirla entre proveedores. Morgan Stanley afirmó recientemente que Apple paga facturas cercanas a los 1.000 millones a Amazon de forma anual. Todo mientas además está creando su propia infraestructura de centros de datos por todo el mundo, además dotándolos de energía renovable. Tan solo las nuevas instalaciones en Dinamarca, Irlanda y Arizona supondrán un coste para las arcas de Cupertino de 3.900 millones de dólares.
Otro hecho clave en esta “nueva amistad” puede ser la continua colaboración entre Google y Apple para que el buscador de Mountain View mantenga el puesto preferente y predeterminado en el sistema operativo del iPhone y el iPad. Algo que proporciona muchas búsquedas e ingresos a Google, y por lo que muchas empresas están dispuestas a pagar cantidades mil millonarias. En concreto Google pagó 1.000 millones de dólares a Apple por el jugoso contrato en 2014, una cifra que sin duda crece a medida que Apple siga rompiendo récords de ventas y haya cada vez más iPhone en el mercado.