La vejez es un tema que aterra al hombre desde tiempos inmemoriales. Mientras el tiempo pasa, nos hacemos más sabios y maduros. Vemos las cosas de distinta manera alcanzamos nuestros objetivos. Pero desde el punto de vista fisiológico la cosa no es tan bonita. Porque también perdemos el control de nuestras funciones más básicas, nuestro cuerpo se deteriora, somos incapaces de completar tareas físicas y poco a poco vamos olvidando cosas elementales. Todos queremos lo bueno sin lo malo de envejecer. Por ello, la ciencia lleva decenas de años buscando las raíces de la senectud y, mucho más importante, como evitarla. Desde los senolíticos a transfusiones de sangre joven o renovaciones del sistema inmune, no son pocos los métodos probados. ¿Y qué hemos obtenido hasta el momento?
¿Por qué envejecemos?
Si queréis una respuesta rápida os diré que no lo sabemos. Es decir, todos comprendemos que con el tiempo toda materia se deteriora. Especialmente un cuerpo tan complejo como el nuestro. Sin embargo, existen mecanismos que actúan "envejeciendo" el cuerpo, promoviendo la decadencia celular y fisiológica. ¿Por qué? Creemos que es una medida de controlar un proceso que es de por sí incontrolable. Más allá de las consideraciones éticas o filosóficas, sería algo como "para que se rompa solo, ya lo rompo yo a mi ritmo". Entre estas medidas que pone el cuerpo para envejecer hay muchas que tienen un doble filo y sirven, también, para reparar daños. Por tanto, era cuestión de tiempo que alguien se preguntara cómo cambiar el equilibrio de estas herramientas fisiológicas para detener el envejecimiento.
Senolíticos y el secreto de las células viejas
Los mayores expertos en senectud fisiológica del mundo llevan mucho tiempo descubriendo estos mecanismos, describiéndolos y modificando su comportamiento a voluntad. Algunos de los doctores más importantes de la famosa clínica Mayo han hecho avances increíbles. Por ejemplo, con los senolíticos. Los senolíticos son unas novedosas sustancias capaces de "matar", únicamente, a las células viejas. Al menos así lo mostraban recientemente los investigadores, quienes han hecho diversas pruebas en ratones, muy exitosas, y ya se encuentran a las puertas de la fase clínica. Básicamente, funcionan de la siguiente manera: cuando una célula llega a su última fase, inducida por diferentes factores, comienza a producir una serie de proteínas de supervivencia. Estas permiten que aguanten más tiempo ya que llegado el momento recibirán la orden de suicidarse (apoptosis, suicidio celular). La acumulación de Los senolíticos actúan sobre la expresión de proteínas de supervivencia celular
estas células envejecidas se manifiesta con una piel arrugada, órganos deteriorados y, en fin, un cuerpo viejo.
Los senolíticos consisten en una sustancia que interfiere en la producción de estas proteínas de supervivencia. Y solo lo hacen en las células senescentes, las cuales poseen unos marcadores específicos. De esta manera, podemos eliminar de forma natural las células viejas mientras que las sanas permanecen, rejuveneciendo en cierta medida nuestro cuerpo. Como ya hemos dicho, esto se ha probado en ratones con bastante éxito. Los ratones, efectivamente, se mostraban con un estado de salud notablemente mejor, especialmente en cuestiones cardíacas y musculares. Los senolíticos serían, si funcionaran bien en humanos, especialmente útiles para prevenir disfunciones cardíacas, problemas en los músculos, un aspecto más joven. No nos harían inmortales pero podrían ayudarnos a vivir una vida más longeva o de mayor calidad.
Telómeros y sangre joven
Pero no solo los senolíticos ha sido estudiados en la búsqueda de la eterna juventud. El envejecimiento es un proceso complicadísimo, que implica diversos mecanismos en diversas áreas con muy diversas vías de activación y regulación. Por eso, cada grupo se dedica en cuerpo y alma a unos pocos aspectos de este gran puzzle. Es la única manera de al final ver un cuadro completo y gigantesco. Por ejemplo, dignos de mención son los estudios sobre telómeros, es decir la parte más alejada de los brazos de los cromosomas. Los cromosomas humanos, esa especie de "X" que habréis visto alguna vez, consisten en la condensación del ADN antes de la división celular. Existen diversos estudios que correlacionan la mayor longitud de estos brazos con el envejecimiento celular.
Todavía se desconoces los mecanismos que relacionan estos dos sucesos, pero ya se están haciendo interesantes averiguaciones al respecto y pronto podríamos tener los primeros inicios de terapia génica contra la vejez. Otro interesante estudio hace referencia a la sangre. Existen estudios que muestran que una transfusión de sangre de un individuo joven a uno de mayor edad mejoran notablemente su salud fisiológica, al menos a nivel cerebral. De hecho, el año pasado se comenzó una prueba clínica con pacientes de Alzheimer cuyos resultados estarán pronto publicados.
No sabemos, en sí, cual es la sustancia o mecanismo por la cual la sangre protege del envejecimiento neurológico. Hay muchas hipótesis y algunos resultados interesantes, pero probablemente exista algún tipo de senolítico o algún tipo de protector y promotor celular. ¿Quién sabe? Todavía queda muchísimo que aprender sobre el envejecimiento. Muchísimo. Pero parece que cada día nos acercamos más si no a la inmortalidad, a vivir más y mejor.