A pesar de que las cifras de donantes de órganos ha aumentado notablemente en los últimos años, la necesidad de nuevos órganos sigue siendo creciente. A medida que aumentamos en número, envejecemos y mejoramos en medicina la necesidad de órganos de reemplazo crece también. Y debido a que todo el mundo quiere conservar sus órganos, al final no tenemos más remedio que buscar nuevas soluciones. Como los xenotrasplantes. Esta medida se presenta como un paso intermedio verdaderamente interesante. Y más a la luz de los últimos resultados. Veamos por qué.
¿Qué son los xenotrasplantes?
Del griego xenos, extranjero y transplante, esta técnica consiste en transplantar tejido externo, normalmente de animal, en un individuo. Como acabamos de decir, la técnica se refiere principalmente a órganos u otros tejidos obtenidos de primates o cerdos. Para poder hacerlo, hay que sortear numerosos problemas y peligros. ¿La finalidad? Reemplazar un tejido dañado. Por ejemplo, un corazón un un riñón que necesitan un trasplantes. En vez de obtenerlo de un donante, en los xenotrasplantes se extraen de animales mediante una operación quirúrgica.
Aunque parezca mentira, los xenotrasplantes son más comunes de lo que la gente imagina. A día de hoy existen varios tejidos obtenidos directamente de los cerdos, como las válvulas del corazón, por ejemplo, que se emplean con bastante normalidad. En el siglo XIX a los doctores les dio por probar diversos xenotrasplantes tales como la piel de rana o parte de los testículos de babuino (sí, para humanos, por supuesto). En los últimos 30 años varios han sido los pacientes que han recibido trasplantes de cerdos o babuinos como medio Los transplantes de válvulas coronarias de cerdo son bastante comunes hoy día
"temporal" hasta encontrar a un donante definitivo. Algunos han tenido más éxito que otros, claro.
Pero en definitiva, los xenotrasplantes se perciben a día de hoy como una posibilidad muy seria de salvar vidas. Hace muy poco recibíamos la noticia de que el babuino que recibió un xenotrasplante de un cerdo lleva viviendo con el corazón donado más de 900 días. Si el babuino puede hacerlo, es asumible pensar que un ser humano también podría. Así que, todo sea por salvar vidas humanas. Los xenotrasplantes son una realidad asequible y factible. ¿Por qué no usarlos más a menudo?
¿Qué puede salir mal?
Aunque los xenotrasplantes son una interesante alternativa, todavía existen algunas barreras que superar. Muchos de los impedimentos están prácticamente dominados. Sin embargo, todavía resultan muy molestos. El principal de ellos es debido a nuestro sistema inmune. El rechazo de un órgano externo se debe a que nuestra primera línea de defensa se encarga de responder ante todo lo extraño que penetra dentro de nuestro cuerpo. Es la única manera de combatir infecciones, parásitos y otras cosas. Pero ese mismo sistema detecta el tejido extranjero y lo ataca como si fuera algo dañino. Para evitarlo, se puede emplear una suerte de tratamientos capaces de mitigar su efecto. Sin embargo, El principal problema es, básicamente, el peligro de rechazo del tejido.
esto también implica que los agentes peligrosos puedan actuar con más libertad.
Para evitar que el remedio sea peor que la enfermedad se puede utilizar una suerte de animales modificados genéticamente. Estos animales están preparados para carecer de los marcadores que emplea el sistema inmune para detectar a un posible enemigo. Ahora que hemos solucionado este problema, nos topamos con otra cuestión. En la naturaleza existen pocas enfermedades compartidas entre especies. Esto se debe, principalmente, a que cada animal es un mundo completamente distinto a nivel molecular y fisiológico. Aunque compartimos cosas muy parecidas, los organismos y los virus se especializan en células y tejidos concretos. ¿Qué pasaría, entonces, si un virus del animal al que le hemos extraído el órgano contagiase a dicho órgano? Ocurriría una xenoenfermedad que podría destruir el tejido fácilmente, entre otras muchas cosas.
Pero probablemente la barrera más real y difícil de superar sea de cuestión ética y moral. En primer lugar, el miedo. Todavía existe miedo a lo desconocido; a lo que suena extraño. También existe miedo (infundado) a palabras tales como "modificado genéticamente". Existen también cuestiones culturales y religiosas que predican en contra de los xenotrasplantes. Estas tres cuestiones, en mi opinión, no tienen razón de ser pues no se fundamentan en preocupaciones claramente definidas o que no hayan sido ampliamente superadas. Por otro lado, existe otra cuestión ética y es que, ¿está bien quitarle la vida a otro ser vivo para que nosotros vivamos? Al fin y al cabo, esto es lo que hacemos prácticamente todos los días cuando comemos. Aún así, las condiciones en las que lo hacemos dentro de los xenotrasplantes no dejan de ser llamativas. En cualquier caso, más allá de estos problemas, parece que cada vez dominamos mejor la técnica. Y es que nunca se sabe cuando un cerdo puede salvarte la vida.