En realidad ya hemos hablado en numerosas ocasiones sobre los ojos biónicos. Existen numerosos dispositivos diseñados para ayudar a recuperar la vista. Los hay, incluso, que podrían ayudar a mejorar la capacidad resolutiva de visión. En cualquier caso, paso a paso, día tras día, lo que es una cuestión teórica de la medicina se está convirtiendo en una realidad. Recientemente veíamos los resultados de una larga investigación de Argus. Hace un poco más, un ojo biónico le devolvía la vista a una Española. Las señales son claras, los ojos biónicos ya han llegado para quedarse.
El siguiente paso de los ojos biónicos
El reciente estudio publicado por Second Sight, la compañía detrás de Argus II, manifestaba que tras 3 años de uso, los pacientes que han podido disfrutar de uno de los ojos biónicos más avanzados en su fase de estudio funcionan si perjuicio alguno. Todo lo contrario, son muy beneficiosos para sus usuarios. Esto, que puede parece algo muy obvio, supone un hecho fundamental: es la puerta que abre camino al uso general de los ojos biónicos a nivel médico. Ya no para ciertas personas particulares y en estudio. Al terminar la fase de estudio clínico, los ojos biónicos como el Argus II lo tendrán mucho más fácil para llegar a todo el mundo a través del mercado médico. Y esto es algo importantísimo para que el precio de un dispositivo así se convierta en algo competitivo. O para que la administración subvencione su uso. Y es que el Argus II cuesta unos 100.000 dólares. Sin embargo, solo en España, la retinosis pigmentaria, la enfermedad cogénita que produce cegera y para la cual está diseño este dispositivo, afecta a más de 15.000 personas.
El Argus II fue uno de los primeros ojos biónicos en recibir el visto bueno de Europa y la FDA americana para ser probado en humanos. Con la finalización de los ensayos clínicos solo nos queda ver su comercialización. Pero no es el único ojo biónico disponible, al menos a nivel clínico (que no comercial). Los ojos disponibles todavía son un tanto rudimentarios si los comparamos con un ojo normal. Las estimaciones prevén que serán capaces de devolver la vista en un 30% a las personas invidentes en solo 3 años desde ahora. Algunos de los más prometedores, aparte del Argus, son el MVIP o el ASR. Como el Argus, el MVIP conecta el nervio óptico, a través de la retina, con una cámara externa que transmite la señal. El ASR, por su parte, es un ingenioso implante que sustituye la retina dañada, de manera que el ojo sigue siendo (o más bien pareciendo) un ojo real, aunque su capacidad óptica es muchísimo menor. Estos otros modelos seguirán el mismo proceso que los del propio Argus, un dispositivo que acaba de allanar el terreno a todos los que le seguirán.
El ojo biónico cordobés
Hace un tiempo tuvimos la suerte de escuchar de un prototipo que usa una tecnología muy parecida a la del Argus II; pero de origen español. El ojo, diseñado por el equipo oftalmológico del Hospital Innova Ocular La Arruzafa de Córdoba fue implantado en una mujer que sufría de retinosis pigmentaria devolvíendole parte de la visión. Todo un éxito. Por otro lado, en el hospital ya tienen más paciente esperando a recibir una prótesis similar. Como hemos dicho, en España se cuenta por miles los afectados por esta enfermedad. En el mundo, sin embargo, solo unos 150 pueden disfrutar de ojos biónicos, por ahora. Y es que estamos viviendo el momento en el que están llegando a la sociedad. En el caso del ojo biónico español, ha requerido de una sofisticada cirugía para colocar el ojo. Luego, al igual que el Argus, la paciente ha de llevar unas gafas especiales con cámara que le permiten Con el ojo biónico de Córdoba, España se pone al nivel estadounidense de implantes ópticos
crear una imagen. Esta imagen se transmite a la retina, modificada por cirugía y conectada a la transmisión de señales de las gafas.
Las gafas están conectadas a una unidad de procesamiento visual que después transmite la imagen a través del implante a los nervios adecuados. De esta manera, la paciente es capaz de recuperar la vista, aunque de una manera reducida. Este, al igual que con Argus, es un primer paso para mejorar cada vez más los ojos biónicos y dispositivos similares. En el caso de España, supone un hito médico que pone la técnica oftalmológica a la par que la de países tan avanzados como Estados Unidos. Es más, puede que con la aprobación de los ensayos clínicos del Argus II, los ojos biónicos españoles peguen un empujón interesante en la década que viene. En cualquier caso, y aunque este es solo un ejemplo, está claro que los ojos biónicos ya están aquí, ahora de verdad. Y han venido para quedarse y devolverle la vista a las personas.