Estamos en 2015, momento en que ya podemos considerar que las tres grandes plataformas móviles se han asentado y han alcanzado una madurez con la que hace tiempo soñaban, aunque no por ello han dejado de incorporar elementos que, año a año hacen nuestra vida un poco más fácil. Personalmente, creo que para mi tipo de trabajo (éste, redactar), la potencia de un móvil o de una tablet ya es más que acertada, cuando lo más complejo que hago es editar fotografías o crear alguna gráfica. Sin embargo, tanto en smartphones como en tablets, incluso contando con teclados externos, no rindo igual. No me siento igual de cómodo, ni de productivo. Supongo que los sigo concibiendo como productos para consumir y comunicarme, y me encantan para eso, pero tengo problemas cuando paso esa línea en cuanto a lo que puedo sacar de ellos.
Pienso que un teléfono móvil ya sirve para casi todo lo que la gente necesita hoy en día de un ordenador (navegación, consumo de contenidos, comunicación, redes sociales), pero no llegamos a considerarlos como tecnología aplicable al trabajo. Algo parecido pasa con las tablets, pero de ellas sí se reniega, porque años después, una gran mayoría sigue sin ver cómo se les puede sacar partido más allá de que favorezcan la comodidad frente al smartphone. Una minoría sí trabaja completamente con ellas, pero son usuarios avanzados y desgraciadamente, su caso no es extrapolable a la realidad de los comunes. Hablamos mucho de cómo queremos que las compañías deben o pueden mejorar las tablets (multiventana, mejor gestión de archivos...) pero se habla menos de los conceptos que han ido proponiendo para aunarlo todo, los modelos convergentes. Hoy repasaremos las distintas visiones.
Motorola
Allá por 2011, Motorola fue de las primeras compañías en mostrar interés por la convergencia, pero su apuesta fue débil y realmente no añadía demasiado al Android que encontrábamos en el Motorola Atrix. El funcionamiento era sencillo, se conectaba el terminal a un dock para ampliar su funcionalidad, pero salvo un Firefox mejorado y algún detalle más, el sistema seguía siendo el Android que podíamos encontrar a principios de 2011. La idea era interesante, pero quizá era demasiado pronto para apostar por algo así.
Ubuntu
Un año más tarde que Motorola, llegó la propuesta de Canonical con Ubuntu, y esta vez sí, convencía. Teniendo un teléfono dual core, y con 512 MB de RAM, Canonical prometía que gracias a un dock HDMI y USB, sería posible que cuando el terminal se conectara a un monitor, mostrara un Ubuntu completo. Podríamos usarlo como tal conectando un teclado y un ratón por Bluetooth. Sin embargo, aquello quedó parado hasta que presentaron el Ubuntu Edge. Por todos es sabido que aquel proyecto no cuajó, aunque el desarrollo de Ubuntu para teléfonos no paró. Este mismo año bq y Ubuntu presentaron el Aquaris E4.5 Ubuntu Edition, aunque desgraciadamente llegó sin la convergencia. Con el Meizu MX4 se ha afirmado que sí tiene suficiente potencia como mover la interfaz de escritorio, que vemos funcionar en el vídeo a continuación en varios terminales, entre los que encontramos una Nexus 7 y un Nexus 4.
Apple
No se puede decir que Apple tenga una solución de convergencia. Lo que sí tenemos son cosas como Handoff y Continuity, pero lo que hacen esa facilitar la transición de unos dispositivos a otros, haciendo que los datos se compartan entre todos y siempre sean accesibles en el punto en que fueron dejados. Son herramientas que conectan nuestros dispositivos, pero no nos liberan de ellos. Podrían ser la piedra que uniera un hipotético iPhone futuro que pudiera correr un OS X basado en ARM al conectarlo a un monitor interno. La nueva familia iOS ya es competente, pero es de las más criticadas en cuanto a la versatilidad.
Si el futuro fuese por ahí, tengo claro que dejaría de comprar ordenadores, y mi experiencia sería mobile-only en ese sentido. Pero para ello tienen que ocurrir aún muchas cosas, y pueden que no las veamos nunca. Que Apple lance OS X basado en ARM no parece tan descabellado, pero que se tomara la decisión de que pudiera correr en dispositivos iOS es complejo. Es el futuro que deseo, y tendrían que tomar decisiones importantes respecto a la gama Mac, pero a largo plazo lo veo viable. Dentro de las grandes compañías, eso sí, creo que es la que más lejos se encuentra de llegar a una convergencia adecuada.
En Google tampoco encontramos de momento una buena solución convergente, pero hay motivos para pensar que sí la habrá en el futuro. Mucho se ha hablado sobre que Android y Chrome OS lleguen a fusionarse, pero tampoco creo que sea necesario. Nuevamente, si un terminal pudiera cargar ambos sistemas y dejar elegir el tipo de interfaz que queremos usar en cada situación, sería óptimo, y a diferencia de OS X, Chrome OS sí puede correr en procesadores ARM, por lo que una hipotética "fusión" sería mucho más fácil.
En el Google I/O se vio que aunque de momento Google los plantea como productos separados, las aplicaciones Android ya pueden correr de forma nativa en Chrome OS, y por ejemplo las notificaciones también están sincronizadas entre ambos sistemas. Creo que a diferencia de Apple, lo que Google necesita es que usemos sus servicios, y con ello obtener más dinero por publicidad. La venta de hardware es algo secundario.
Microsoft
El caso de Microsoft me parece el mejor a repasar, pues desde que lanzaron Windows 8 ha sido el player que más ha experimentado. Windows 8 más que una apuesta convergente ha sido un todo en uno, y por ello ha recibido muchas críticas, ya que no ha conseguido llevar la experiencia de escritorio a las tablets, y por otra parte la experiencia Metro tampoco ha sido tan cómoda de usar como en un principio se esperaba. Sin embargo, creo que Microsoft tiene la llave para destacar entre el resto. Primero, con sus apps universales entre dispositivos, pero sobre todo, gracias a apuestas como Continuum for Phones, en las que tengo mucha esperanza. Como Joe Belfiore explicó, cuando lancen nuevos terminales, será posible conectar un smartphone con Windows 10 a un monitor y que la interfaz que veamos sea la de escritorio, pudiendo manejarse con teclado y ratón. El futuro más presente.
Está claro que al principio tendrá muchas limitaciones, pero cuanto madure, tengo claro que será la apuesta líder, y como decía antes, muchos dejaremos de necesitar definitivamente el ordenador. A Microsoft, al igual que a Google con la publicidad, no le importa donde usemos sus servicios, lo que quiere es que los usemos.
Conclusiones
Con un mercado de smartphones ya maduro, creo que la convergencia es el siguiente paso arriesgado que me gustaría ver el el mercado móvil. Aunque Canonical fuera pionera, creo que el hecho de que el proyecto del Edge no saliera adelante hizo que la cosa se frenara en seco. Por ello, viendo las ganas y el potencial que tiene la nueva Microsoft, apostaría por ellos como agentes del cambio.
Sería la primera vez en los últimos años que estarían innovando por delante de Google y Apple, y creo que su visión, unida a su experiencia con el mundo PC es la adecuada en estos momentos. Ubuntu quedará como algo minoritario, y Google y Apple deberán pensar bien cómo enfocan su nueva estrategia, sobre todo en el caso de la segunda, donde hay más dificultades y más retos en cuanto a seguir vendiendo ordenadores.