Hace unos días conocimos la nueva propuesta de Canonical. Si ya teníamos constancia de que iba a lanzar su sistema operativo móvil, Ubuntu Phone OS, ahora se animaba con su propio smartphone, Ubuntu Edge. El 'cómo' deja dudas desde el principio: recurriendo a una campaña de crowdfunding. Para empezar, no parece la mejor manera, o al menos la más fiable, de estrenarse como fabricante. De hecho, este método huele a que Canonical lo intentó hacer por la vía tradicional pero no logró despertar el interés de ningún fabricante, aunque la postura oficial es que lo hicieron para comprobar el interés de la gente, aunque hay otras vías que no son pedirles el dinero.

Y es que si descartamos Apple, BlackBerry, y Nokia por motivos obvios, nos quedan HTC, enferma como para aspirar a nuevos proyectos, Samsung que bastante tiene acaparando Android y buscando en breve su parte de Windows Phone 8 y con Tizen en camino, Sony construyendo su seña de identidad en torno a las líneas del Xperia Z, y otras marcas que ya tienen suficiente con lidiar con la todopoderosa Samsung: Huawei, ZTE y LG. Si nos salimos de ahí, queda poco, y menos aún que pueda montar las especificaciones del Ubuntu Edge. Y Ubuntu en la telefonía móvil es una apuesta, guste o no, minoritaria. Lo cual no es malo, pero es poco tentador para los fabricantes de una industria que va camino de la saturación. Y la saturación deja muertes. Le ocurrió a Siemens y veremos más en el medio plazo.

La línea roja está cada vez más lejana

Opinión del Ubuntu Edge

Volviendo a Canonical, su campaña de financiación es demasiado ambiciosa: 32 millones de dólares. Poco menos que una salvajada, cada día han de conseguir más de un millón de media para llegar vivos a la recta final. La línea roja que indica la tendencia necesaria para conseguir el objetivo fue inicialmente superada, pero no es nada sorprendente: el bump inicial de toda campaña mínimamente mediática está asegurado. Lo difícil es continuar la buena tendencia durante el tiempo que necesita para hacerse realidad. Y el pasado 29 de julio, el crecimiento se estancó, prácticamente.

El crecimiento ahora es mucho más lento y está cada vez más lejano de la metafórica línea roja. Y cada día se hace más difícil alcanzarla. Habrán más bumps para las fechas entre el 15 y el 20 de agosto, pero salvo un milagro de última hora, parece insalvable. Y los milagros no existen. La única solución sería que Canonical reculara, se conformase con menos, y bajase sus pretensiones en cuanto a especificaciones. Algo tendría que cambiar para que el proyecto se hiciese realidad. Y demostraría que el proyecto se planteó mal (y ni hablemos de lo que pasaría después).

Dualboot no es suficiente

No es la forma de financiarse el único problema que plantea el Ubuntu Edge. Ubuntu Phone OS está en pañales, no tiene ecosistema, no está maduro y no lo estará hasta dentro de un tiempo. Windows Phone 8, en agosto de 2013, sigue careciendo de una gestión decente de las notificaciones, o de un ajuste de brillo que no sea tan básico, por citar dos ejemplos. Ni hablemos de su falta de aplicaciones de calidad. Esto ocurre con un producto de una empresa que está hasta las cejas de dinero como para invertir en su sistema operativo móvil. Mejor no pensar en lo que le costará (y será meritorio, pero le costará) a una empresa como Canonical, tan bienintencionada como limitada.

Opinión del Ubuntu Edge - Opinión del Ubuntu Edge

La solución-parche a esto ha sido el dualboot con Android. Dos sistemas operativos en un terminal, orientado por un lado a que el cambio no sea tan dramático y se pueda seguir usando una plataforma asentada de sobra en el mercado, y por otro a que la falta de aplicaciones no sea un problema. Esto provoca otro problema: si directamente se invita al usuario a utilizar Android, ¿qué relevancia tiene Ubuntu Phone OS? La respuesta natural es que quede como sistema secundario, mientras se va mejorando, que podrá ser conectado a un monitor para utilizarlo como PC. Protagonismo del principal sujeto de Canonical a largo plazo, cero. La posibilidad de usarlo como ordenador, ahora y por muchos años, es secundaria, una opción, no un argumento principal.

Construido de arriba a abajo

Para esto, Ubuntu Edge tiene un espejo donde mirarse, Firefox OS, construido desde las gamas de entrada, asequibles, para ir creciendo poco a poco hacia smartphones de gama media y, quizás, algún día de gama alta. Sus planes inmediatos son cautos: ir a por quien nunca ha tenido un smartphone para ofrecerle uno con Firefox OS con un precio tentador. Ubuntu Edge nace al revés, empezando a construir la casa por el tejado, con un terminal que traerá unas especificaciones altísimas y un precio igualmente alto. De entre 700 y 800 dólares si atendemos a los precios que marca la web de la campaña.

Opinión del Ubuntu Edge - Opinión del Ubuntu Edge

Es complicadísimo convencer a alguien de que pruebe algo totalmente nuevo en el mercado, y caro, sobre todo viendo que alternativas como HTC One, iPhone 5, Samsung Galaxy S4, etc. marcan precios parejos o incluso menores. Salvo el poder utilizarlo como ordenador (y repito, no es un uso principal, y trae Ubuntu que es ultra minoritario), no ofrece más que el resto. Especificaciones altas, sí, pero tan altas que son irreales a día de hoy. 4 GB de RAM, 128 GB de almacenamiento, lo nunca visto hasta ahora. Por otro lado, llegará como pronto dentro de diez meses, en mayo de 2014, cuando quizás Samsung y algún competidor con Android ya esté en cifras similares.

Operadoras

Firefox OS también le saca ventaja en apoyosOtro de los puntos fuertes (el que más) de Firefox OS es el fuerte apoyo que ha recibido de las operadoras, con Telefónica a la cabeza. De hecho es su gran apuesta de 2013. Canonical también puede sacar pecho en este sentido, pero de una forma diferente: casi todas las operadoras que lo apoyan vienen de países como China, Portugal, Alemania o Estados Unidos, salvo alguna honrosa excepción como la sudafricana MTN, que opera en 21 países del continente africano, países que no parecen ser el target idóneo para el smartphone más caro del mercado y que definitivamente acogerán modelos mucho más modestos basados en Ubuntu. Las operadoras que apoyan a Firefox OS, nuevamente con Telefónica a la cabeza, le dan la oportunidad de tener presencia en países donde mucha gente se va a lanzar a por su primer smartphone, baza que podría haber intentado explotar Ubuntu como lo hace Mozilla, pero que no podrá con el modelo actual.

Buena propuesta, pero no así, y no aún

La convergencia de smartphones y ordenadores es una de las tendencias que hace tiempo que se esperan, pero para el largo plazo, está en el imaginario popular como un hecho que en algún punto llegará, lo cual no implica que sea pronto. Sí, quizás dentro de quince años el Ubuntu Edge tenga un hueco en la historia de la tecnología como uno de los pioneros en este campo. Pero ahora mismo no. Como ordenador está limitado, y no sólo por su sistema operativo. No puede sustituir a un ordenador por completo, sino convertir un smartphone en un ordenador, y son cosas distintas.

Opinión del Ubuntu Edge / Opinión del Ubuntu Edge

Por otro lado, algunas de sus especificaciones son limitadas, como una pantalla HD 720p o una cámara de 8 megapíxeles que ahora puede ser magnífica (sobre todo en condiciones de baja luz, como aseguran) pero que en mayo de 2014 no serán punteras. Y el precio sí ha sido absolutamente puntero para sus compradores, casi un año antes.

No es Ubuntu Phone OS, es Ubuntu Edge

Es ilusionante ver nacer un sistema operativo nuevo, ver cómo se inicia, cómo crece, cómo va obteniendo apoyos y cómo va asomando la cabeza en un mercado tan complicado, sobre todo para nuevos contendientes. Por eso es ilusionante ver a Ubuntu Phone OS. Pero Ubuntu Edge es otro cantar, es un terminal que tiene un inicio casi irreal. Ubuntu Phone OS tendrá posiblemente a casi toda la comunidad de usuarios de Ubuntu, a muchos usuarios de software de código abierto, y en general a apasionados de la tecnología con conocimientos avanzados. Ubuntu Edge ahora mismo es humo, no hay siquiera prototipos, no hay nada sólido detrás. El apoyo de las operadoras va al sistema operativo, no al terminal, que tiene que buscarse la vida en IndieGogo. Repito, es meritorio, pero la industria de la telefonía móvil está demasiado madura como para que competidores que empiezan así puedan tener éxito.

35 respuestas a “Ubuntu Edge está llamado a fracasar”