El estudio del color ha despertado, a lo largo de la historia, la atención de no pocos estudiosos. Y es que se trata de un factor de la naturaleza tan fascinante como enigmático, que no deja de sorprender, y que aún no termina de descifrarse por completo a la ciencia, sobre todo en los procesos de percepción del color. Así mismo, las áreas de estudio que han abordado este tema no son pocos, así como los atributos, científicos y no científicos, que se han asociado a los colores.
Esto último, esta clase de percepción subjetiva es el centro del estudio que realizó Johann Wolfgang von Goethe. Sí, el literato autor de 'Fausto', el padre del romanticismo alemán, fue un profundo apasionado del estudio del color y en ferviente crítico de Newton acerca de sus estudios del color.
'Zur Farbenlehre'
Este título en alemán es el que tiene su obra publicada en 1810. 'Teoría de los Colores' es la obra que Goethe presumió como uno de sus logros, el que más le enorgullecía:
No me enorgullezco demasiado de mis logros como poeta. En mi época han vivido escritores creativos excelentes, los ha habido aun más brillantes antes de mí, y siempre los habrá después de mi tiempo. Pero de ser yo el único en mi siglo que conoce la verdad acerca de la teoría de los colores… ¡Eso es de lo que estoy orgulloso y lo que me da un sentimiento de superioridad sobre muchos.
Con "conocer la verdad" se refería directamente a lo que él aseguró comprender: la percepción subjetiva del color. Justo esto fue lo criticado por la comunidad científica, además que se contraponía a los estudios de **Newton, en específico en su obra 'Óptica', publicada en 1704. Las diferencias entre Goethe y Newton han sido tratadas ampliamente por diversos estudios, sin embargo la diferencia específica es que Goethe dio un primordial papel a la percepción del color*, al aspecto subjetivo de este, atribuyéndole un valor determinado, una especie de personalidad* a los colores. Esto, por supuesto, conlleva un distanciamiento inmediato de los métodos científicos pero no así de la relevancia de sus afirmaciones. Goethe es el maestro precursor de la psicología del color como tal. Este estudio que se basa en analizar el efecto del color en la percepción y la conducta humana.
'La Rosa de los Temperamentos'
El antecedente de la publicación 'Teoría de los Colores' se ubica en un estudio que realizó junto al filósofo e historiador Friedrich Schiller, a esta obra le llamaron 'Rosa de los Temperamentos', realizado entre 1798 y 1799. Se trata de una relación de los colores con los rasgos de carácter de las personas. Es decir: doce colores, doce temperamentos u ocupaciones: tiranos, héroes, aventureros, hedonistas, amantes, poetas, oradores públicos, historiadores , maestros, filósofos, pedantes, gobernantes, y estos, a su vez, agrupados en los cuatro temperamentos derivados de la teoría filosófica griega y romana de la antigüedad, y que son: colérico, melancólico, sanguíneo y flemático.
El sentido subjetivo de los estudios de Goethe, como decía, no resta importancia a lo que hoy en día se conoce como psicología del color. En un sentido estricto, este estudio no se trata de una ciencia, sin embargo su influencia está presente en las artes, la moda, el diseño, la arquitectura, ya que el color juega un elemento importantísimo para estas materias.
Así, Goethe, aunque muchas de sus afirmaciones fueron desestimadas por la física moderna, además que tuvo sus propios críticos en su época, contó con apoyo de no pocas personalidades de distintas áreas, y en distintos periodos, como el filósofo Arthur Schopenhauer, los físicos Thomas Johann Seebeck y Hermann von Helmholtz. Además de artistas como el inglés J. M. W. Turner y el genial Wassily Kandinsky.
El círculo del color
Existen distintos círculos del color, que siguen alguna línea de catalogación: colores primarios, secundarios, atributos de color: tono, intensidad, grado. También se distinguen los colores luz (aditivos) y los colores pigmento (sustractivos), sin embargo, todos estos planteamientos modernos no se encontraban del todo asentados (y aceptados) en el momento que Goethe hizo sus estudios y catálogos. Él, en su momento, realizó un círculo del color atribuyendo cierto "orden natural". En su círculo colocó de forma opuesta el azul, rojo y amarillo, la combinación de estos, a su vez, forman otros colores, que nosotros conocemos, como tales, secundarios y terciarios.
El toque de Goethe fue que realizó, lo que él llamó, un diagrama de la mente humana, así atribuyó a cada color ciertos aspectos que en todo caso explicarían el complejo comportamiento de las personas. Así mismo, realizó otros diagramas triangulares en los que se basó en el contenido emocional de cada color. Estos atributos siguen presentes en la psicología del color, aunque, agregaría, no se trata de una postura absoluta, por supuesto, el aspecto cultural del color es algo que también influye en los atributos subjetivos que percibimos con los colores.
Así pues, Goethe, en su estudio del color nos dejó una explicación del color, sí tal vez echa a un lado por la ciencia, pero no de poca relevancia en la actual psicología del color. Es de destacar la sensibilidad del autor a la naturaleza, así como de su forma poética de plasmar sus conceptos.
Los siguientes son los atributos que Goethe relacionó con cada color.
Amarillo: Es el color más cercano a la luz. En su pureza más alta que siempre lleva consigo la naturaleza de brillo, tiene un carácter suave, emocionante sereno. Por otro lado es muy susceptible a la contaminación, produce un efecto muy desagradable y negativo al mancharse.
Azul: Se puede decir que el azul tiene un principio de la oscuridad en él. Este color tiene un efecto peculiar y casi indescriptible en el ojo. En su pureza más alta es, por así decirlo, una negación estimulante. Su aspecto es, pues, una especie de contradicción entre la excitación y reposo.
Rojo: El efecto de este color es tan peculiar como su naturaleza. Se transmite una impresión de gravedad y dignidad, y al mismo tiempo de gracia y atractivo. El primero en su estado oscuro y profundo, en el último en su luz atenuada.
Violeta: El violeta es el color de la madurez y la experiencia. En un matiz claro expresa profundidad, misticismo, misterio, melancolía, es el color de la intuición y la magia; en su tonalidad púrpura es símbolo de realeza, suntuosidad y dignidad.
Naranja: Mezcla de amarillo y rojo, tiene las cualidades de ambos, aunque en menor grado. Es el color de la energía, un color para temperamentos primarios, que gusta a niños, bárbaros y salvajes porque refuerza sus tendencias naturales al entusiasmo, al ardor, a la euforia…
Verde: Este color es reconfortante, libera al espíritu y equilibra las sensaciones. El ojo experimenta un estado de agrado cuando lo observa.