Una de las preguntas que más nos hacemos los amantes de la naturaleza es sin duda si quedan lugares vírgenes en el planeta Tierra. Bueno, como respuesta rápida podríamos decir que sí. Pero vamos a ceñirnos a las zonas abiertas y terrestres. ¿Las hay? La cosa empieza a ponerse más difícil. Y si quisiéramos perdernos por un bosque jamas pisado por el hombre, un bosque de verdad en el que desaparecer, entonces sí que sería prácticamente imposible. Solo quedan dos verdaderos bosques en el planeta. El resto se encuentra a menos de 500 metros de uno de sus bordes. Puede que sea difícil de creer, pero lo cierto es que incluso los lugares más protegidos han sido modificados por el hombre. ¿Hasta dónde somos capaces de llegar los seres humanos?

Buscando un bosque

Un reciente estudio sobre fragmentación mostraba una triste realidad. No quedan más que dos bosques de verdad en la Tierra. Existen lugares muy bien conservados, protegidos y con buena salud. Pero lo que se dice bosque salvaje, genuino, no. Solo permanecen intactos la selva del Amazonas y el bosque tropical del Congo, los últimos remanentes por los que el hombre casi no ha pisado. Y, por supuesto, sabemos que esto tiene fecha de caducidad. Las investigaciones muestran que el 70% de todos los parches verdes del planeta están, como mucho, alejados algo más de medio kilómetro de uno de sus bordes, normalmente carreteras y cortafuegos. El 20% de los mismos, está a menos de 100 metros. El 10% restante está Menos del 10% de toda la masa de bosques del planeta permanece intactaconstituido por los dos únicos bosques de verdad que quedan en la Tierra.

¿Pero, qué tiene de malo un bosque fragmentado? La fragmentación es un proceso que rompe con las relaciones ecológicas naturales. Cuanto más especializada es una especie, normalmente, necesitan un espacio ecológico mayor. Por ejemplo, los ciervos necesitan bosques profundos para sobrevivir. "Romper" el ecosistema con carreteras es crear una barrera ecológica que puede reducir el hábitat de ciertas especies, las cuales no se atreven a cruzar o no son capaces de hacerlo, por ejemplo. Aún así, la fragmentación no tiene por qué ser necesariamente negativo. Los bosques atravesados por carreteras y cortafuegos dejan de ser lugares vírgenes, obviamente, pero esto también ayuda a prevenir la extensión de incendios y plagas, muchas veces ocasionadas por otros desajustes ecológicos. Es triste decir que solo quedan dos bosques de verdad en el planeta, pero si construimos "corredores" que conecten entre sí los parches, podemos reducir enormemente el impacto ecológico que tiene la fragmentación. Eso sí, no recuperaremos la identidad de los lugares vírgenes que tocamos.

¿Quedan lugares vírgenes?

En realidad sí. Aunque puede que cuando nos hacemos esta pregunta, lo que tengamos en mente sea más bien si quedan lugares "habitables" y vírgenes. Entonces, la respuesta es mayormente que no. El hombre ha pisado casi todo lo "pisable" en este planeta. Eso incluye ambientes completamente inhóspitos y de difícil acceso. De hecho, nuestra huella (y su basura) ha llegado a lugares tan inverosímiles como lo alto del Everest, dónde la contaminación comienza a alarmar a los investigadores. Los únicos lugares vírgenes del planeta, al aire libre, se encuentran en los polos, en el Congo, el Amazonas, Papúa y puede que el desierto de Namibia. También podemos encontrar ambientes virginales en el basto norte de Rusia, aunque los rusos son bastante tenaces y las reservas de interés son muy extensas en la zona. Los lugares vírgenes de verdad, aquellos que podemos rodear de cierto misterio, son casi imposibles de hallar actualmente, y solo podríamos encontrarlos en la Antártida, probablemente.

lugares vírgenes
Recogiendo basura acumulada en el Everest. Fuente: NBC

Actualmente el turismo es más común, aunque solo sea por la superficie del continente. El resto de actividad humana en este lugar es de origen científico, como podréis imaginar. A pesar de la práctica inexistencia de lugares vírgenes en la Tierra, lo cierto es que, como decíamos, sí hay zonas muy poco habitadas y de difícil acceso. Son lugares "puros" por diversas razones: protección, son incómodos o por falta de interés. Entre ellos se encuentran algunas de las zonas que hemos nombrado, como es obvio, y otras de Australia, como el parque de Daintree y Fiordland, de Nueva Zelanda. Increíblemente bien conservadas están las Seychelles, cuyo 50% de extensión está estrictamente protegida; o el desierto de Atacama, que sigue siendo un lugar extraño y hermoso. Así que si buscamos un lugar al que podamos llegar en el que nunca haya puesto el pie un humano, probablemente esté fuera de nuestras posibilidades. A no ser que nos adentremos en la Antártida. Pero no hace falta encontrar lugares vírgenes para encontrar sitios virtualmente puros. Eso sí, si vamos en busca de ellos, más vale que los conservemos.