Las cámaras mirrorless son dispositivos cada vez más presentes en el mercado fotográfico. El hecho de prescindir del sistema réflex permite que éstas tengan unas cualidades que eran imposibles en aquellas cámaras más tradicionales.
Entre las principales virtudes podemos señalar la de tener una cámara de menor tamaño con las mismas capacidades de una DSLR. Esto ha provocado que muchos fotógrafos puedan ahora tener un dispositivo que, aun siendo ergonómico, sigue permitiendo la realización de fotografías de alta calidad.
Pero el sistema de cámaras sin espejo también tiene algunos detractores, los cuales consideran que se trata de un método que aún debe evolucionar para llegar al nivel de calidad de las mejores cámaras réflex. La batalla entre DSLR vs mirrorless aún sigue estando muy presente.
Veamos ahora un ejemplo con dos imágenes. Una de ellas está tomada con una cámara DSLR de iniciación lanzada en 2012 y que actualmente tiene un precio en torno a las 400€. Mientras que la otra instantánea se corresponde con una mirrorless lanzada en 2014 que tiene un precio de 1.799€.
Los valores de ambas fotografías son 1600 de ISO, una apertura de f/10 y una velocidad de obturación de 1/250. ¿Qué fotografía atribuirías a una DSLR y cuál a una mirrorless?
A simple vista puede ser algo difícil apreciarlo, pero la imagen superior se corresponde con la mirrorless Sony A7 II y la inferior con la DLSR de Nikon D3200. Ambas cámaras tienen 24 megapíxeles, pero la diferencia de precio y tecnología entre los dos dispositivos son indudables.
Aun así, si realizamos un recorte al 100% de ambas instantáneas, podemos comprobar cómo la cámara de Nikon sigue rindiendo de una forma muy adecuada, especialmente si tenemos en cuenta sus características y el público al que va dirigida.
Sin embargo, el sensor full-frame de la Sony A7 II muestra todo su poderío captando la mayor cantidad de información posible. La profundidad de campo de la D3200 es ridícula comparada con la cámara de Sony, la cual tiene capacidad para sacar de una forma nítida y detallada a objetos que se encuentran lejanos.
Como vemos en el recorte superior, la cámara de Nikon empasta totalmente los colores mostrados y sobreexpone las altas luces de la imagen, haciendo que ésta se encuentre totalmente lavada y con poquísimos detalles.
No obstante, la calidad mostrada resulta algo más equitativa en objetos cercanos. De nuevo realizamos el mismo ejercicio: ¿a qué cámara corresponde cada foto?
La imagen superior vuelve a corresponderse con la Sony, mientras que la inferior está tomada con la Nikon. Ambas instantáneas tienen valores de ISO 6400, apertura de f/10 y velocidad de obturación correspondiente a 1/640.
Ninguno de los dos balances de blancos son los acertados, la A7 II tiende a ofrecer tonos cálidos y la D3200 a mostrar la imagen más fría. Pero creo que, a pesar de las diferencias anteriormente mencionadas, la cámara de Nikon resuelve muy bien la imagen incluso utilizando su máxima sensibilidad disponible.
También quisimos enfrentar sus resultados en un entorno más adverso, muy contrastado y con diferentes iluminaciones en una misma escena. Los valores para ambas tomas fueron de ISO 6400, una apretura de f/5.6, y velocidad de obturación de 1/200. La intención era la de comprobar qué límites podía alcanzar el sensor de cada dispositivo
En este punto, la cámara de Sony demuestra por qué existen esos 1500€ de diferencia con el dispositivo de Nikon, solucionando así situaciones de luz muy negativas para cualquier toma.
En las zonas oscuras es donde la D3200 es especialmente débil, algo que deja patente con la cantidad de granulado mostrado en el área de las escaleras. La A7 II, aun mostrando ruido, éste es mucho más fino y permite conservar más detalle de la foto, algo que seguramente sea consecuencia de su sensor full-frame y el mejor procesado de la imagen.
Por otro lado, la profundidad de campo de la cámara de Nikon vuelve a ser risible en comparación con la de Sony. El árbol no muestra apenas ningún detalle, y el rango dinámico es muy escaso, por lo que se muestran muy pocos tonos neutros entre el punto más blanco de la imagen y el más oscuro.
Veredicto
Aunque se ha intentado realizar una comparativa lo más equilibrada posible, aún existen algunos aspectos que resultan imposible de mostrar equitativamente a causa de la propia idiosincrasia de ambos dispositivos.
Sin embargo, personalmente creía que la A7 II iba a barrer completamente a la (ya casi vieja) cámara de Nikon. Pero no ha sido así. Debemos tener en cuenta las diferencias tanto económicas como tecnológicas de cada dispositivo, y entonces valorar si estas son lo suficientemente grandes como para decantarnos por uno u otro.
Quizás también hubiese sido idóneo comparar una cámara DSLR de gama alta con la Sony A7 II, pero estaba especialmente interesado en comprobar cómo un sistema muy alabado por su buena calidad era capaz de hacer incluso frente a una mirrorless de alta gama. Y en cierta medida lo ha conseguido.
La D3200 ha sido capaz de llegarnos a plantear si el desembolso por la Sony se encuentra justificado
Asimismo, creo la resistencia a utilizar altos valores de ISO ha sido una característica muy mejorada en los últimos años, y especialmente por las cámaras mirrorless. Por lo tanto, este es un apartado en el que la D3200 se encontrará muy débil.
Aun así, en mi opinión ha sido interesante ver cómo en algunos puntos, a pesar de las características de la cámara de Nikon, ésta ha sido capaz de llegarnos a plantear si el desembolso por la Sony se encuentra justificado.
Las razones para cambiar nuestra DSLR por una mirrorless cada vez son más evidentes, pero está claro que el clásico sistema de espejo aún tiene bastante que aportarnos. Parece que todavía tendremos disputas DSLR vs mirrorless durante un tiempo.