dengue

Aedes aegypti típico vector del dengue y protagonista de esta investigación. Fuente: Muhammad Mahdi Karim/Wikimedia.

Hoy día el dengue es un problema que afecta entre los 50 y los 100 millones de personas al año. Lo más grave del asunto es que la mayoría de afectados residen en zonas urbanas. Por su etiología y naturaleza los científicos creen que la única manera de terminar con el problema es atajar por su vector, el mosquito, mediante manipulación genética.

La "fiebre rompe huesos" no es solo propia de zonas mal acondicionadas, es una enfermedad causada por un virus que se transmite a través de la picadura de mosquito. Los mosquitos precisamente son compañeros muy asociados al hombre en zonas húmedas. Debido a que no tenemos ningún tipo de vacuna efectiva y que los tratamientos son meros paliativos para reducir su mortalidad, los especialistas determinaron hace tiempo que la única solución viable es controlar la población de mosquitos transmisores. ¿Cómo hacer esto? Hasta ahora casi todos los intentos han fracasado. Pero aquí llegan los brasileños con su propuesta: controlar los mosquitos usando otros mosquitos manipulados genéticamente (mosquitos GM).

Controlar el dengue con la genética

Hace ya unos años que Juazeiro, en Bahía, Brasil, es el lugar de pruebas de una ambiciosa empresa biotecnológica. Moscamed, gracias a la colaboración de Oxitec, lleva desde 2011 probando un método para reducir las poblaciones de vectores. Para ello utilizan mosquitos macho modificados genéticamente de manera que al aparearse con las hembras dan como consecuencia hijos inviables o controlados. A esta técnica se le denomina SIT, acrónimo de Sterille Insect Technique. Los mosquitos que nacen de estos otros insectos transgénicos mueren antes de su madurez sexual o no son capaces de volar más allá de los 80 o 100 metros, por lo que es imposible que lleguen a la población y se extiendan.

Dengue

La compañía detrás del proceso de creación de estos mosquitos transgénicos, Oxitec, nunca ha explicado concretamente el proceso, por intereses comerciales, pero está claro que provocan una modificación capaz de transmitirse probablemente usando un virus como vector de la modificación genética. Esta hace que mueran muy jóvenes o provoca que las alas de los mosquitos descendientes sean atrofiadas y por tanto no puedan volar muy lejos, controlando el enjambre sin problemas. Además, como sistema adicional de control, los mosquitos modificados producen una proteína que los vuelve fluorescentes de manera que es un sistema de control muy eficiente para poblaciones urbanas de mosquitos.

Cuestiones éticas

Aunque el dengue sigue siendo una preocupación para la OMS y para todo el mundo en general, en el momento en el que hablamos de organismos transgénicos muchos levantan las orejas con alarma. De hecho el empleo de animales modificados genéticamente en la naturaleza es motivo de preocupación debido a las consecuencias que esto puede tener a nivel ecológico. Mucho más allá de la ciencia ficción que muchos tendrán en mente, la liberación de un animal modificado para tener una descendencia apocada al fracaso puede tener consecuencias imprevistas en la calidad de la biodiversidad. En primer lugar no sabemos como puede variar Todavía no podemos medir el impacto de su liberación al mediouna progenie, como se puede extender la población y si esto puede provocar, incluso la desaparición de la especie en el peor de los escenarios.

Por supuesto la premisa es que solo se verían afectadas las poblaciones locales de mosquitos, además de ser unos bichos terriblemente prolíficos. Por otro lado, a muchos seres humanos les importa un pimiento lo que le pase a una especie si a cambio pueden eliminar una enfermedad como el dengue. Efectivamente existe un encontronazo ético en esta cuestión ya que la pérdida de biodiversidad es una tragedia sin remedio y de consecuencias difícilmente previsibles, aunque esto supusiese millones de vidas salvadas al año. También es cierto que nadie habla de erradicar a la especie de mosquitos, solo controlarla en zonas urbanas. El gen letal no perdura en la naturaleza y la proteína fluorescente no es tóxica en modo alguno por lo que debería afectar solo a una generación de mosquitos y a nadie más.

Para poner las cosas, hace ya dos años que la comunidad científica levantó la alarma por la liberación de estos mosquitos en la naturaleza sin controles previos. Moscamed hizo sus pruebas piloto en uno de los barrios más afectados de Juazeiro sin tener en cuenta las consecuencias que esto podría tener y la cuales todavía no podemos medir. Una acción La solución parece muy positiva y el gobierno ya ha aprobado la liberación de millones de mosquitos GMtotalmente criticable pero que ha sido apoyada por el gobierno brasileño quién aprobó la liberación de millones de estos insectos en julio del año pasado.

A la espera de los últimos informes la comunidad científica sigue dividida. A pesar de que el método parece seguro y prometedor existen algunas evidencias que aunque la reducción de la reproducción de los mosquitos ha llegado a caer en un extremo 92% esto no ha reducido el índice de incidencia del dengue aunque esto podría deberse a la necesidad de estudios mayores. Por otro lado existen quienes afirman que existen otros medios de control no letales que podrían emplearse. Mientras tanto parece que los esfuerzos van por buen camino a pesar de que todavía es un poco pronto para evaluar el verdadero impacto que ha tenido. Tendremos que estar atentos para saber si esta medida ha sido un rotundo éxito o un estrepitoso error.

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