Google se ha posicionado claramente en los últimos años como la empresa de referencia en el sector tecnológico. Su portfolio de servicios cubre prácticamente todos los nichos que podemos imaginarnos: desde wearables hasta servicios de correo, mapas, música, vídeos, ordenadores... etc. Y no solo cuentan con un abanico de productos muy amplio, sino que en el 90% de esos nichos en los que tiene participación, Google es una de las empresas que lideran, lo que conlleva que Google sea, probablemente, la empresa con más influencia en el rumbo de la actualidad tecnológica. Además, este amplio catálogo de servicios enriquece enormemente el ecosistema que ofrece, por ejemplo, alrededor de productos como Android o Chrome OS, lo que es sin duda un plus.

Así pues, competir con Android no solo significa competir con el sistema operativo, sino también con todo el ecosistema de servicios que tiene Google alrededor de este sistema operativo, lo cual no es una tarea fácil. De hecho, es tan difícil competir con tal ecosistema que, en la actualidad, solo una compañía es capaz de plantar cara a Google (e incluso superarla, si se lo propusieran). Hablo, obviamente, de la empresa estadounidense Microsoft.

¿Por qué Microsoft es la única capaz de competir con Google?

Microsoft

Muy resumidamente, porque es la única con un ecosistema tan rico y completo como el de Google. Los de Redmond cuentan con servicio de correo, mapas, buscador, tienda de juegos, tienda de música, tienda de películas, videoconsola, sistema operativo para ordenadores, sistema operativo para móviles... Eso es algo que ni Apple, ni Samsung, ni ningún otro fabricante posee en la actualidad (o al menos no a un nivel suficiente como para plantar cara a Google y sus estandarizados servicios).

Mención especial merece Windows, el sistema operativo para ordenadores de escritorio con mayor cuota de mercado del mundo, además con una diferencia considerable frente a Mac OS X (Apple), Chrome OS (Google) y GNU-Linux. Asimismo, también merecen mención especial Nokia y Windows Phone, uno de los fabricantes de telefonía más importantes de la historia y uno de los sistemas operativos para smartphones más populares del mercado (segundo en algunos países y tercero en otros), respectivamente.

A eso hay que sumar, obviamente, Xbox One y Kinect, los cuales pretenden conquistar el entretenimiento en el salón durante los próximos años, ofreciendo mucho más que una simple videoconsola y convirtiéndose casi en un media center.
El ecosistema es algo cada vez más importante para el éxito de una plataforma
Todos estos productos, al igual que en el caso de Google, son líderes en sus respectivos nichos, lo que se traduce en un ecosistema más rico alrededor de Windows Phone y Windows, que son los ejes centrales de la compañía estadounidense. Otras empresas como Apple y Samsung también tienen ecosistemas muy ricos (especialmente Apple), pero hay nichos que siguen sin cubrir (o no lo hacen tan bien como otros), a diferencia de Google y Microsoft. Y en una era en la que el ecosistema es un punto crucial para el éxito de un producto, queda claro que Microsoft es la única capaz de plantar cara a Google.

Además de este ecosistema tan rico, Microsoft tiene el capital suficiente para invertir, algo que empresas como BlackBerry o Mozilla no tienen (o al menos no al mismo nivel). Un ejemplo de la importancia de ese capital es la reciente noticia de que va a pagar a fabricantes como Samsung unos 1.200 millones de dólares para que lancen smartphones con Windows Phone, algo que muy pocas compañías pueden permitirse en la actualidad y que, sin duda, empuja enormemente a su plataforma y, por consiguiente a su ecosistema.

Así pues, queda claro ya por qué Microsoft es la única que puede arrebatar el trono a Google: cuentan con un ecosistema muy rico que cubre la mayor parte de los nichos de mercados actuales y, además, capital suficiente como para invertir y sostener sus plataformas. Ni Samsung ni Apple ni ningún otro están en mejor posición para atacar a Google.

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