Uno de los aspectos que siempre ha estado vinculado a la cultura empresarial de Google es la innovación. La innovación en Google es algo que forma parte de su ADN y del que han surgido proyectos como Gmail, el vehículo autónomo, Chromecast o Google Class; una innovación estructurada formalmente bajo equipos de investigación (como los de Google X Labs) y que también se nutría de la creatividad de los empleados de la compañía bajo la famosa "política del 20%". El cierre de Google Labs hace 2 años hizo temer la pérdida de esta política que permitía a los empleados dedicar el 20% de su tiempo de trabajo a desarrollar proyectos e ideas propias; si bien se dijo que esto se iba a mantener, el paso del tiempo comienza a mostrar todo lo contrario y algunos empleados comienzan a decir que la política del 20% está muerta.
La "política del 20%" siempre ha sido referencia de innovación empresarial
Gracias a esta fórmula del 20%, que por cierto se recoge en muchas publicaciones sobre innovación empresarial como una buena práctica a seguir, los empleados de Google podían dedicar el equivalente a un día a la semana a desarrollar alguna idea de proyecto personal que, una vez puesta en marcha, podía ser susceptible de materializarse en un servicio de la compañía. Fruto de esta puerta abierta a la creatividad nacieron proyectos como Gmail o AdSense y creo que nadie duda del impacto que han tenidos ambos proyectos en Google.
De hecho, esta política del trabajo por objetivos (enfocado en proyectos) y el fomento de la innovación en Google con esta dedicación del 20% a proyectos personales es algo que podemos leer con bastante detalle dentro de las publicaciones sobre la cultura de Google que la compañía suele acompañar a ofertas de trabajo y becas.
¿Qué ha cambiado en este tiempo?
Trabajar por objetivos y, además, fomentar la innovación en Google suponía una interesante combinación que permitía a los trabajadores de Google auto-organizarse (trabajar por objetivos) y evitar la saturación al poder cambiar de tareas y tomarse un descanso de su proyecto princioal (proyectos propios). La suma, realmente, acababa dando como resultado a unos empleados que siempre estaban trabajando y "sus descansos" también terminaban siendo productivos porque los dedicaban a innovar.
De hecho, al hacer tuyo el proyecto en el que trabajas llega un momento en el que te sientes tan identificado que cada vez le dedicas más tiempo y eso también es bueno para la compañía y en una entrevista a la revista Wired, Eric Schmidt comentó sobre esta política del 20% que muchos de los empleados de la compañía iban a la oficina a trabajar los fines de semana en sus proyectos.
Visto con esta perspectiva, la política de innovación en Google funcionaba bien; sin embargo, las cosas han cambiado conforme la organización ha madurado y también el mercado se ha vuelto mucho más competitivo.
Google ha madurado como empresa y necesita enfocarse en el core de su negocio
¿En qué sentido ha cambiado Google como organización? Cada trimestre venimos viendo cómo se van cerrando proyectos y productos que Google mantenía en su cartera. Parte de esta política del 20% se terminó materializando en productos reales que se ofrecían a los usuarios y una cartera de servicios tan grande termina siendo complicada de manejar. Si a esto le sumamos que Google debe mirar a otros players como Microsoft o Apple para no quedarse atrás, llega un momento en el que tu negocio necesita que el capital humano de la compañía esté plenamente alineado con tus objetivos y dediquen todos sus esfuerzos a cumplir dichos objetivos.
Google ha pasado de la disponibilidad del 20% del tiempo para proyectos personales a que los empleados necesiten el visto bueno de sus jefes para poder llevar a cabo estos proyectos y si a esto le sumamos un sistema de evaluación por objetivos en el que los proyectos personales no computan, al final, la tendencia natural es la de centrarse en los proyectos "por los que te pagan".
¿Debería Google mirar atrás y recuperar su esencia?
Google ha acometido una reorganización interna bastante importante, ha podado su extenso árbol de proyectos para centrarse en productos y servicios que son core en su negocio (descartando lo superfluo y lo que no le reporta ingresos o no posiciona a la compañía estratégicamente). Además de esta reorganización del negocio, también ha eliminado la "dispersión de la innovación"; es decir, en vez de que cada empleado desarrolle proyectos por su cuenta, ha concentrado la innovación en equipos formales de trabajo y ha separado las operaciones de la investigación (centro a estos últimos también en proyectos clave como el vehículo autónomo o Google Glass).
Google no es una startup pero no debería perder parte de su ADN
Las quejas de ex-empleados sobre estos cambios vienen de largo y, desde fuera de la compañía, es algo que también hemos podido observar con las reorganizaciones de la cartera de productos y servicios. Google es una compañía enorme que, evidentemente, no puede funcionar como si fuese una startup y piensa más en el largo plazo; pero creo que tampoco se puede convertir en una organización como Microsoft (que, afortunadamente, acaba de reconfigurar su organización aunque Ballmer siga a la cabeza de ésta).
Google ha madurado como empresa, creo que eso es un hecho innegable, pero creo que es importante que no pierdan su esencia, su ADN, porque eso es lo que siempre les ha hecho marcar la diferencia. Es obvio que ya no son una startup que funciona en un garaje pero hay ciertas prácticas de las startups que no deberían perderse porque esa política del 20%, en el fondo, también tenía una importante carga motivacional para los empleados y, por supuesto, hacía a toda la compañía partícipe del proceso de innovación y desarrollo de nuevos productos y servicios.