Parece ser que los cambios que algunos llevábamos percibiendo durante los últimos días en Grooveshark ya han sido adoptados por la gran mayoría de usuarios. La compañía pone así punto final a un rediseño de interfaz en el que han mejorado la usabilidad de su servicio y además lo han dotado de nuevas funciones sociales. La integración con sitios como Facebook o Twitter es una realidad, y que pese a que éste startup no tiene firmado con por ejemplo Facebook, como sucede con Spotify, es perfectamente disfrutable.
Aunque tal vez lo que más llama la atención en el nuevo Grooveshark es la implementación de su propio sistema de recomendaciones, una capa social que nos invita a interactuar con otros usuarios y seguir sus tendencias a través de la pestaña comunidad. Tal vez basándose un poco en LastFM, ahora es posible encontrar a otras personas con nuestros mismos gustos o ver lo que han escuchando.
El verdadero protagonista sigue siendo la posibilidad de realizar una búsqueda en la que encontrar prácticamente todo lo que queramos, y hay que decir que lamentablemente esta nueva versión se queda en el rediseño y no en algo muy necesario: la organización de la librería musical. El gran problema –y a la vez uno de los motivos por los que el servicio es tan popular—es que la librería se construye en base a lo que los usuarios suben. Esto propicia que muchas de las pistas no estén bien etiquetadas, y lo que es peor, que en muchísimas ocasiones no tengan la calidad mínima y nos encontremos con cortes o saltos en las canciones.
Volviendo a la interfaz, decir que ha sido todo un acierto en mi opinión. Más limpia, más clara, usable y con un toque más profesional y moderno, si me lo permitís. Esperemos que éste, uno de los servicios de streaming más populares de la actualidad, siga mejorando, y que no le suceda nada con los recientes movimientos que se están produciendo en el mundo de las compañías discográficas.