El ocaso de Digg parece estar muy cerca. Kevin Rose, su fundador, ha renunciado a la compañía para enfocarse en una nueva empresa que ha fundado. Digg es un nombre propio en Internet, probablemente uno de los grandes bastiones del 2.0 desde sus inicios. Desde su nacimiento en 2004, el servicio revolucionó la forma en que la información se compartía en la red. Ahora, con la partida de su líder, todo indica que Digg se irá desvaneciendo paulatinamente.
Aunque Rose ha declarado en Twitter que permanecerá como asesor de la junta directiva, hace tiempo que Kevin ya no figuraba en las oficinas --incluso llegando a desaparecer por varios meses--. Todo comenzó con el rechazo a la oferta de Google a mediados de 2008. Eran tiempos de bonanza y los gigantes rondaban con la chequera bien abierta. Google habría puesto 200 millones de dólares sobre la mesa. La compra parecía un hecho --cada empleado de la compañía sabía del movimiento porque habían sido entrevistados por Google-- pero al final, alguien dijo que no. Esa persona fue Jay Adelson, CEO de Digg en esos días.
Digg pecó de soberbia y lo pagó caro. Surgieron Facebook y Twitter, dos revoluciones más, y la empresa perdió su papel protagónico. No hubo capacidad de respuesta. En la caída estrepitosa, el sacrificado fue Adelson, quien dejó la compañía a mediados de 2010. Matt Williams --un ejecutivo con mucha historia en Amazon-- fue el elegido para ocupar el puesto de CEO, pero las constantes ausencias de Rose y el impresionante avance de sus rivales le dejaron muy poco margen de maniobra.
Rose tomó un papel secundario en la empresa como Jefe de Arquitectura de Software. Como si lo vieran venir, unos días antes, el blogger Michael Arrington señaló que Kevin ya ni siquiera usaba Digg. Los números dejaban ver la crisis: en enero de 2010, a cinco meses de la llegada de Williams, las visitas habían caído 30%. Arrington inclusó se mofó de que Rose era más activo en Twitter que en su propio servicio.
Digg no está muerto aún, pero muchos ya le ven como un desahuciado. Al igual que MySpace, se trata de un sitio web que definió muchas reglas del 2.0 que hoy tomamos por sentado. Aunque Digg vaya menguando inexorablemente con el paso de los días, su legado permanecerá en la multitud de servicios y empresas inspiradas en su labor. En cuando a Rose, ahora se dedicará a impulsar su nueva compañía, cuyo giro aún es desconocido. ¿Qué sorpresa nos tendrá el hombre que alguna vez reinventó nuestro consumo de información?