Por supuesto que hemos de regirnos por leyes. El problema viene cuando se instauran de forma tajante, como prohibiciones que coartan libertades en pos de un hipotético bien común. ¿No sería mejor concienciar de conductas inadecuadas más que imponer sus opuestos? El ser humano nunca ha funcionado bien con la obligatoriedad de por medio. Ésta le devuelve a su más tierna infancia, cuando pataleaba al serle arrebatado ese juguete largo tiempo ignorado.

El pasado diciembre informábamos de la desafortunada muerte de un estudiante coreano tras una prolongada sesión de juego en línea, algo bastante común en la región hasta el punto de haber obligado al Gobierno a tomar una polémica medida: restricciones horarias de juego.

El Ministerio de Industria, Deportes y Turismo coreano tiene el control sobre 19 de los MMOs más jugados en el país. Todos sus usuarios están obligados a seleccionar una franja temporal en que les será imposible conectarse, evitando así el abuso del juego online y las consiguientes desgracias que muchos quieren asociarle. Nos enteramos ahora de que Vietnam se ha sumado a la medida, aunque de forma más radical si cabe.

El Ministerio de Información y Comunicación del país exige a todos los proveedores de Internet que bloqueen el acceso a juegos online cada día desde las 10 de la noche a las 8 de la mañana. La medida pretende frenar los mediatizados casos de adicción y dejadez, pero no deja de suponer un grave perjuicio a la libertad individual. Un gobierno decidiendo por sus ciudadanos qué puede hacerse y qué no en Internet según las manecillas del reloj:

Los departamentos provinciales de información y comunicación inspeccionarán actividades de juego online a lo largo y ancho del país y cancelarán el servicio de aquellos proveedores que violen la regulación impuesta.

Palabras del Ministro Le Nam Thang, quien ha asegurado que la medida no entrará en conflicto con el estilo de vida y costumbres de la juventud, algo en lo que no están de acuerdo compañías como VTC Intercom o Asiasoft, que se quejan de que las constantes restricciones gubernamentales están derivando en numerosas bajas de clientes, hartos al no poder disfrutar plenamente un servicio por el que pagan considerables sumas mensuales.

Ya el pasado julio, las autoridades vietnamitas restringieron el acceso nocturno a Internet en cibercafés, bloquearon la publicidad referente a juegos online y cerraron aquellos locales con acceso a la red que distansen menos de 200 metros de algún centro escolar.

¿Exageración? ¿mal necesario? en cualquier caso son los usuarios responsables quienes salen perdiendo, sin otra opción que acatar las dictatoriales medidas de un gobierno incapaz de educar a su ciudadanía.

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