¿Habéis visto en esa magnífica rueda de modo de disparo que hay vida más allá del automático, el manual y los que priorizan a la apertura o la velocidad? Sí, esos que vienen representados por un pequeño dibujo para los más recurridos: retratos, paisajes, nocturnas...¿los habéis usado alguna vez?

En el mundo de la fotografía, o más bien en el de los fotógrafos aficionados hay un gran problema llamado "aparentar". Es sencillo, muchos conoceréis al típico aficionado que solo dispara en modo manual y como mucho usa para contadas ocasiones la prioridad a la apertura o a la velocidad porque para los modos de escena están las compactas. No digo que esté mal disparar en manual, es más, es a lo que deberíamos aspirar todos, a dominar la fotografía en modo manual, controlándolo todo. El problema es cuando menospreciamos el resto de opciones simplemente por desconocimiento.

Los Modos de Escena nos proporcionan instantáneamente, en cuestión de segundos, una serie de ajustes preestablecidos e idóneos para el tipo de fotografía que vamos a realizar que tardaríamos un par de minutos en ajustar manualmente. Es muy común, cuando disparamos en manual, que simplemente modifiquemos la apertura, la velocidad o el ISO pero no nos paramos a cambiar los parámetros que afectan a la nitidez, la saturación, las sombras o la tonalidad.

Usando los Modos de Escena en función del modo que seleccionemos la cámara se encargará de ajustar todos esos valores y más. Lo mejor de todo es que si disparamos en RAW podemos tener la tranquilidad de que si luego queremos cambiar algo no tenemos más que sentarnos frente al ordenador y solucionarlo fácilmente. Mi cámara por ejemplo tiene un modo de escena para fotografiar documentos que desactiva el flash así que es muy útil para disparar en un museo en el que no esté permitido el flash. Tenemos que entender que nuestras cámaras cuentan un número de opciones las cuales desechamos desde el principio y que sin duda están por algo y nos pueden servir si las aprovechamos convenientemente.

La propuesta es bien sencilla. Debemos conocer nuestra cámara a la perfección y si ello implica disparar usando todos los modos de escena para ver cómo fotografían una misma escena para luego poder usar esos mismos ajustes en otras situaciones pues lo hacemos. Luego, lo agradeceremos cuando el dominio de nuestra máquina sea tan elevado que hagamos las cosas de manera automática, casi sin pensar. Si no queréis usar los modos de escena no los uséis pero al menos sabed que están ahí, que son útiles y que no os hará peores fotógrafos recurrir a ellos.

Foto: cypherone - Taiwan

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