Al contrario de lo que suele suceder con muchas leyendas urbanas de internet, la hamburguesa de McDonalds que no se descompone es real. Aquí mismo hablamos de ella hace varios años: una profesora utiliza una misma hamburguesa desde hace prácticamente 15 años, ¿pero qué es lo que enseña? Pues Comidas saludables para chicos, utilizando la hamburguesa como un claro ejemplo de lo mala que es para el organismo la comida rápida. Si la hamburguesa no se pudre, si no le sale moho, ¿qué hará en nuestros estómagos? Sin ir más lejos, hace unas semanas en el blog hermano ALTFoto nos mostraron un proyecto fotográfico sobre el mismo tema: Sally Davis fotografió durante 137 días el mismo menú de McDonalds, registrando los mínimos cambios que registraba la hamburguesa con el paso del tiempo.

Es decir, son muchas las evidencias de que la hamburguesa de McDonalds no se pudre, dando lugar a todas las especulaciones habidas y por haber sobre los conservantes y los ingredientes de las mismas. Ahora bien, hay un blog dedicado a la comida rápida bastante popular en Estados Unidos llamado A Hamburger Today, parte de la red de blogs Serious Eats. Un editor del mencionado blog, Kenju Lopez-Alt, llevó a cabo un estudio bastante profundo para descubrir algunas respuestas detrás de la hamburguesa divina (¡o maldita!). El motivo, en sus propias palabras:

Hasta ahora, no he encontrado una sola fuente que trate el fenómeno de las hamburguesas de McDonalds con rigor científico. La gran mayoría se apoyan en especulaciones y razonamientos tendenciosos y obtusos para llegar a la conclusión deseada.

Es que McDonalds es una compañía muy criticada por la calidad de sus comidas (no sin motivo) y no hay oportunidad que se pase por alto para sumar críticas: al fin y al cabo, una hamburguesa que parece estar igual después de 15 años, y sabiendo la calidad de la materia prima de los locales de comida rápida, no puede ser nada bueno.

Según McDonalds, sus hamburguesas son 100% carne de vaca. Entonces en Hamburguer Today hicieron hamburguesas caseras del mismo modo, pura carne de vaca, imitando en lo posible también la cocción. Añadieron también a la prueba todo tipo de hamburguesas, hechas de distinto modo y también muestras del local de comida rápida en cuestión. Claro, la parte más importante del estudio era dejar que pase el tiempo y ver cómo se comportaban. ¿Qué comprobó el resultado? No sólo demostró que la hamburguesa de McDonalds no se pudrió sino que tampoco lo hizo la hamburguesa casera: ninguna mostró signos de descomposición más de un mes luego de ser cocinadas.

Descubrieron también que el 93% de la pérdida de humedad en una hamburguesa común ocurre en los primeros tres días, por lo que si no crece moho en ese lapso de tiempo es poco probable que lo haga más tarde. La hamburguesa de McDonalds, por otra parte, tarda siete días en deshidratarse del mismo modo (debido a los conservantes), por lo que se le crea todavía menos moho. Ahora, si bien las hamburguesas de Ronald son más resistentes, por decirlo de un modo simpático, no es este el motivo por el que duren años y años, eso no es más que un proceso natural aumentado, sí, por unos cuantos días más de verdadera resistencia generada por los conservantes químicos.

Son muchísimas las evidencias de lo dañina que es la comida rápida para el organismo, pero creo que a veces se puede exagerar, pues el decir que una hamburguesa puede mantenerse 15 años del mismo modo debido a la alta cantidad de conservantes la hace parecer prácticamente sintética o alienígena, aunque no se pueda comer. Y como concluye su entrada Lopez-Alt: "¡No se preocupen! Todavía hay muchísimos motivos por los que odiar a McDonalds".

Vía: A Hamburguer Today

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