Mark Shurtleff, ministro (attorney general, también traducido como fiscal o procurador) de Utah, anunció en su cuenta de Twitter que seguiría adelante con la ejecución del preso Ronnie Gardner. "Que Dios le dé la piedad que él negó a sus víctimas", publicó Shurtleff, al hacer del conocimiento de sus casi 7.000 seguidores que daría su visto bueno a la sentencia de Gardner.

La ejecución cobró notoriedad mediática porque se trató de un fusilamiento público. Mientras que otros estados permiten ejecuciones "más humanas" (valga la expresión), en Utah aún se permite que se fusile a un condenado frente a un paredón, a la vista de todos. La razón es la gran cantidad de mormones que habitan en la región. "Se debe a que es tan gráfico, que hay derramamiento de sangre, un hombre matando a otro directamente", señala Peter Hodgkinson, experto en pena de muerte de la Universidad de Westminster.

"Hoy es una día solemne", publicó Shurtleff al momento de la ejecución de Gardner. Parece que el ministro ha adoptado bien las herramientas web para promocionarse. "Estaremos transmitiendo en vivo mi conferencia de prensa tan pronto sepa que Gardner está muerto. Véalo en www.attorneygeneral.Utah.gov/live.html", escribió minutos después del fusilamiento.

Más allá del morbo, Shurtleff muestra cómo los políticos pueden usar Twitter para dar un seguimiento personal y de primera mano a un caso jurídico, la aprobación de una ley, u otro asunto de interés público. Sólo esperemos que no todas sean así de escalofriantes.

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