Actualmente cualquiera puede tener un blog y cualquiera puede comentar en ellos. Por este motivo el problema es que la regulación es algo bastante complicado. Se ha hablado mucho sobre cuál debería ser la responsabilidad del dueño de la bitácora sobre los comentarios y sobre quién debe caer la culpa en casos en los que, por ejemplo, la justicia deba intervenir.
Esto es exactamente lo que le pasó a Emilio Moreno Da Silva Neto, un estudiante brasileño de periodismo de 33 años que publicó en su blog, llamado Libertad Digital, un post que hablaba sobre una pelea que hubo entre alumnos de un instituto llamado Santa Cecilia.
En el post un usuario anónimo dejó un comentario que insultó a la directora y la monja Eulália Maria Wanderley decidió llevar el caso a la justicia. Tiempo más tarde se declaró que Neto debería pagar nada menos que US$8.300. El estudiante no sólo le dio el derecho a réplica a Wanderley, sino que además ya había borrado el comentario:
Lamento que no haya un diálogo más tranquilo, sin necesidad de recurrir a la justicia. Ofrecí un derecho de réplica y eliminé el comentario de inmediato.
Esto abre otra vez un debate eterno sobre los blogs y sobre quién tiene la responsabilidad por los comentarios que se dejan. Personalmente considero que en la actualidad existen los medios necesarios para poder llegar al fondo y establecer quién dejó un comentario en particular y por ende cada persona debería ser perseguida por lo que hace y dice. El autor del blog no debería ser el que pague los platos rotos por la opinión de otro.