Las más de 20 millones de personas que viven en la Ciudad de México y alrededores han perdido la capacidad para identificar olores como la naranja, el café o la leche, por culpa de los altos niveles de contaminación en el aire de acuerdo a un estudio realizado por Robyn Hudson y Marco Guarneros del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM.
En la investigación, se utilizó dimetil disulfuro, una sustancia que está asociada a la putrefacción de alimentos.
En esa prueba, los capitalinos necesitaron concentraciones nueve veces mayores que los habitantes de Tlaxcala para detectarlo.
En el aparato olfativo hay células receptoras y de soporte, y con la contaminación las receptoras disminuyen y las de soporte aumentan, lo cual provoca que las personas requieran de olores más concentrados para detectarlos.
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