¿Cual es la maldita mala manía de poner diamantes a todo gadget que se ponga a la venta? La más reciente bazofia en esa línea es esta: Un N95 de Nokia con 325 diamantes incrustados en oro blanco.

Sólo se venderán 10 teléfonos, ya que parece que los millonarios se vuelven locos con lo exclusivo. Lo cierto es que duele solo de verlo, por mucho que la tienda que los vende a 17 mil euros cada uno, afirme que sus dispositivos -entre los que destaca el iPod bañado en oro- son una forma de arte para ricos, famosos y sofísticados.

¿Será que el dinero elimina el buen gusto? Parece que la moda de incrustar brillantitos y cristalitos va en crecimiento hasta el punto de poder hablar de una diarrea de Swarovski en la electrónica de consumo, sino vean: consolas con sus fundas, monitores, móviles, pendrives, televisores e inclusive, ratones.

Enlace: Nokia N95 versión diamante

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