mini Fake mmorocaDesde que se empezó a rumorear que Apple estaba trabajando en un nuevo concepto de teléfono móvil, el iPhone, todos los falsos diseños que aparecieron en la red ponían especial énfasis en el interfaz del mismo, lo cual no era de extrañar ya que se trataba del último desarrollo de la compañía que redujo a una rueda y cuatro botones el método de introducción de datos, por lo que no fueron pocos los que consideraron una pantalla táctil que ocupase la totalidad de la superficie del mismo. No iban de desencaminados, todo lo contrario, de hecho alguno se acercó bastante al diseño final del juguetito pero a nadie, ni a uno sólo, pareció importarle un aspecto que a simple vista puede parecer secundario, el tacto al uso, pero que se vuelve fundamental al tratarse de un dispositivo comunicador con funciones de PIM e incluso PDA, comunicación inalámbrica mediante correo electrónico, reproductor multimedia con capacidad de búsqueda y, casi se me olvida, teléfono.

Acabo de leer un artículo interesante, empieza bien, pensaba que opinaba como yo aún a pesar del título, "Why the iPhone Will Beat the Blackberry", nada más lejos de la realidad ya que acaba con una frase bastante contundente, errónea pero contundente: "El iPhone es el dispositivo de comunicación a batir".

Dejando aparte la capacidad de reproducción multimedia que, por cierto, para eso está el iPod touch, dicha afirmación significaría que el terminal ha llegado a la cumbre y eso no ha sucedido, ni muchísimo menos, le queda un muy largo camino que recorrer como todo "chico nuevo en clase", empezando por el principio, la forma que tiene de aceptar la entrada de información es, de momento, horrible. En ese artículo se comentaba que si has tenido alguna vez un dispositivo BlackBerry no te gustará el iPhone y no puede ser una verdad más grande. Hablo desde la experiencia cuando digo que el teclado virtual de un iPhone no puede, ni podrá, sustituir al teclado real de una BlackBerry, es imposible. Cuando yo pulso una tecla real en mi BlackBerry hace "click", como la tecla virtual del de Apple, pero con la diferencia de que se trata de un dispositivo físico que he de presionar hacia abajo con la suficiente fuerza como para vencer la resistencia del resorte que devuelve la tecla a su estado natural de reposo, y tened por seguro que eso no lo hace el iPhone.

De forma semejante a la que un taquígrafo o un experto mecanógrafo es capaz de escribir cientos de palabras por minuto frente a un teclado sin mirarlo apenas, ocurre con el pequeño teclado de los teléfonos móviles. Gracias a un mecanismo llamado memoria muscular o cinestesia, la capacidad para conocer la posición de las partes del cuerpo sin necesidad de su observación, para lo cual es necesario que se establezca una relación entre la pulsación de una tecla cualquiera y la introducción del dato correcto. En un iPhone y, de igual manera en un iPod touch, esto no puede suceder porque no existe porque no se puede dar dicha relación causa-efecto porque lo que se hace es acariciar un vidrio plano, liso, sin bordes entre los diferentes controles que los delimiten al tacto, nada le dice a nuestro subconsciente que tenemos un dedo sobre el punto correcto a seleccionar con total seguridad.

Si bien es cierto que con entrenamiento es posible entrenar la capacidad cinestésica de una persona para acostumbrarse a utilizar un teclado virtual, el esfuerzo que se debe realizar para lograr una efectividad suficiente como para que éste sea usable en el medio para el que ha sido diseñado, interactuar con el dispositivo, supera con creces la comodidad obtenida por quien use un artilugio físico gracias a uno de los sentidos de los seres vivos, el tacto. El propio Steve Jobs tenía toda la razón cuando decía que habían desarrollado un interfaz flexible, actualizable por software, desgraciadamente lo que no pueden actualizar es la percepción humana. Hasta entonces podremos disfrutar del iPhone, ese bonito reproductor multimedia, parece que en Cupertino a veces sólo comen por la vista.

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