El suicidio es uno de los temas más controversiales que existen. En la mayoría de redes sociales, la mera palabra es considerada una violación de los términos y condiciones. Las plataformas regulan su uso para evitar problemas legales, debido a que ya han sido acusadas de promover el suicidio, por permitir publicaciones referentes a él.

Se ha comprobado que el suicidio se puede contagiar. Los jóvenes son particularmente vulnerables, más todavía cuando una persona famosa decide acabar con su vida. Por esta y otras razones, en occidente se toman todo tipo de precauciones para resguardar la salud mental de los más sensibles. En Lesoto también se evita hablar sobre el suicidio a toda costa, hasta el punto que pareciera estar prohibido.

Lesoto es un país pequeño, con una población de 2,3 millones de personas. Debido a una serie de circunstancias especiales, relacionadas con el colonialismo, todo su territorio se encuentra dentro de Sudáfrica, a pesar de ser un Estado independiente de esa nación (similar a lo que sucede con el Vaticano). El director de Black Panther, Ryan Coogler, utilizó a Lesoto de modelo para ilustrar Wakanda. Ostenta el lamentable record de ser el país con el índice de suicidio más alto del mundo. Con un total de 87,48 por cada 100.000 personas, duplicando las cifras del número dos en la lista, Guyana con un índice de 40,85. Las razones detrás de estos números son impactantes.

Estudiantes de la Lerotholi Polytechnic conmemoran el suicidio de una compañera de clase.

¿Por qué Lesoto lidera la lista a nivel mundial?

A pesar de que Lesoto sufre la crisis de salud mental más grave del planeta, aún se considera tabú admitirle a otra persona que estás teniendo problemas. Se piensa que los problemas mentales son "enfermedades del hombre blanco". Por eso, cuando los habitantes del país sufren síntomas de ansiedad o depresión, prefieren acudir a un hospital en busca de un remedio físico.

En lo que respecta a los hombres, quienes son mucho más propensos a terminar con sus propias vidas, se piensa que admitir debilidad es un rasgo femenino. El deber de los hombres en esa sociedad es el de proveer y la presión social les exige que siempre deben mantenerse fuertes. Lo que causa que nunca quieran admitir que están sufriendo de estrés u otras dificultades, temiendo ser considerados cobardes.

Durante décadas, los hombres de Lesoto abandonaban el país para ir a trabajar a las minas de Sudáfrica. Como consecuencia, muchas familias quedaron rotas, multiplicando los problemas emocionales en la población. La situación empeoró cuando las oportunidades de trabajo colapsaron, ahora ni siquiera existía la opción de enviar dinero a casa, mantener a una familia con los sueldos locales resultaba casi imposible. Los pocos que se atreven a hablar de sus problemas emocionales reportan que las dificultades de mantener a sus familias son la causa principal de sus tensiones psicológicas.

La oficina de Malefetsane Liau, un médico tradicional en Lesoto.

Malefetsane Liau ofrece a sus pacientes un alivio consistente con sus raíces culturales. Muchos hombres se han atrevido a confesarle sus deseos suicidas, incluso mostrándole la pistola con la cual acabarán con sus vidas. Sus remedios incluyen conversar con ellos, terapia con vapor, purgarse y bañarse con diversas hierbas. Pero los pacientes de Liau constituyen una minúscula minoría de enfermos mentales.

Medicinas poco convencionales

Cuando Nthati Phakoe fue diagnosticada con desorden bipolar, nadie en su comunidad tenía idea de qué era eso. Habían escuchado de enfermedades similares en programas de televisión extranjeros, pero las catalogaban como "enfermedades del hombre blanco". Al desconocer otros tratamientos, optaron por el camino tradicional.

En su iglesia pensaron que sus problemas fueron causados por demonios, por eso la amarraron para poder realizarle un exorcismo. Phakoe ha tratado de acabar con su vida cinco veces desde entonces. Afortunadamente, descubrió la psicoterapia y los medicamentos que frecuentemente la acompañan. Estos tratamientos le han permitido llevar una vida normal, documentando su progreso en su blog que cada vez se vuelve más popular.

Nthati Phakoe.

Claro que los índices de pobreza en Lesoto son bastante altos, pero muchos países igual de pobres disfrutan de índices de suicidio mucho menos elevados. Es difícil señalar una causa principal, pero Nthati Phakoe y otros más piensan que el estigma que acompaña a la salud mental está cambiando, lentamente, pero en la dirección correcta.

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