Puede que a muchas personas los Reyes Magos o Papá Noel les hayan traído un humidificador. También hay muchas personas que llevan ya tiempo usándolo, con el convencimiento de que es muy bueno para su salud. ¿Pero hasta qué punto es esto cierto? ¿Se trata de un timo o hay evidencias científicas al respecto?

Bien, lo cierto es que sí las hay. El uso adecuado de un humidificador puede ser muy beneficioso. Incluso hay evidencias de que ayuda a disminuir un poco la transmisión de la gripe. También puede mejorar los síntomas de los procesos catarrales. Ahora que estamos en pleno tsunami de casos de virus respiratorios es un buen momento para usarlo, por lo tanto. Pero es importante incidir en que debe ser un uso adecuado.

Si este dispositivo no se utiliza adecuadamente, el efecto puede ser el contrario. Aumentan las alergias y la probabilidad de padecer ciertas patologías respiratorias. Incluso puede que el uso del humidificador promueva la aparición de moho en casa.Ahora bien, ¿cuáles son las medidas que debemos tomar para que el uso del aparato se considere adecuado?

Los beneficios del humidificador

Antes de hablar de las medidas que debemos tomar con el humidificador, no está de más conocer sus beneficios.

Un ambiente demasiado seco puede causar ataques de asma y alergia, sequedad de las garganta, sangrado de la nariz o sequedad de la piel, entre otros síntomas. Todo esto se puede ver aliviado con un buen uso del humidificador, desde luego.

Es también muy interesante su papel en la prevención de la gripe. En 2018 se publicó un estudio sobre este tema en un colegio de Estados Unidos, durante un brote de gripe A. Se hicieron dos experimentos, uno en una clase de preescolar en condiciones normales y otro en una clase a la que se añadió un humidificador que aumentó la humedad del aire. En ambos casos se tomaron muestras tanto del aire como de superficies como rotuladores y juguetes y se realizaron PCRs en busca del material genético del virus de la gripe A. Además, se pusieron en contacto con células para ver la capacidad infectiva de las partículas virales que habían sobrevivido en el aire o las superficies.

Al comparar los dos experimentos, se observó que la humidificación del aire generó una reducción significativa tanto del material genético del virus como de la capacidad de infección de las partículas virales. Además, hubo 2,3 veces más casos de gripe en las clases sin humidificador. También se han realizado estudios con simuladores de tos que apoyan esta misma hipótesis. Que el uso de humidificador reduce la transmisión del virus de la gripe. 

Por otro lado, la humidificación del aire ayuda a que la tos sea más productiva, lo cual ayuda a descongestionar antes las vías respiratorias en cualquier caso de infección respiratoria. Con todo esto, parece que sobran los motivos para usar un humidificador. Pero debemos utilizarlo adecuadamente.

La importancia de un uso adecuado de estos dispositivos

En realidad, con el humidificador lo que hacemos es aumentar la humedad del aire. Si este estaba previamente seco, el resultado es positivo. Pero debemos tener en cuenta que la humedad saludable del aire se encuentra entre un 30% y un 50%, por lo que, si ya la tenemos de forma natural, el humidificador no hará más que empeorar la situación. Una humedad excesiva puede aumentar los casos de asma y alergias, así como la proliferación de hongos y ácaros del polvo.

Por todo esto, el primer consejo que debemos seguir si queremos usar un humidificador es utilizar un higrómetro. Este es un aparato que mide la humedad del aire, de manera que sepamos cuándo debemos mantener encendido el humidificador y cuándo no.

También es importante hacer un buen mantenimiento del humidificador. En 2006 se llevó a cabo en Alemania un estudio en el que se demostró que el líquido de los humidificadores puede contener bacterias y hongos que, al pasar al aire, pueden infectar los pulmones de las personas expuestas a él. Las personas que participaron en el estudio se diagnosticaron con algo conocido como alveolitis alérgica extrínseca o alveolitis tóxica. Coloquialmente y por causas obvias, estas se conocen respectivamente como pulmón del humidificador y fiebre del humidificador.

Para evitar que esto ocurra, se debe cambiar el agua del humidificador diariamente y lavar las cubetas y los sistemas de filtro cada dos o tres días. Además, si se trata de un humidificador central, los filtros se deben cambiar con la regularidad requerida por el fabricante. Si esta no está indicada, al menos debería hacerse una vez al mes.

De este modo, se puede usar el humidificador de una forma segura, exprimiendo sus beneficios y sin experimentar sus perjuicios. 

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No todos los humidificadores están preparados para dispersar fragancias. Crédito: Ulla Shinami (Unsplash)

¿Qué pasa con los aromas?

Algunos humidificadores se usan también como difusores de aromas. Hay quien los recomienda por los beneficios de la aromaterapia, a pesar de que no hay evidencias científicas de la eficacia de la misma. No obstante, sí que puede ser simplemente agradable. Al fin y al cabo, a todos nos gusta que nuestra casa huela bien. En ese caso, ¿puede ser el humidificador una buena opción?

Bien, la respuesta es que sí, pero no en cualquier caso. Algunos humidificadores no están preparados para dispersar fragancias. Por eso, si les añadimos aceites esenciales, podrían liberar al ambiente una cantidad excesiva que llegue incluso a resultar tóxica o irritante para las vías respiratorias.

Además, si el humidificador no está preparado, su estructura puede corroerse. Es por esto por lo que solo debemos usar fragancias si el fabricante del humidificador lo indica. Generalmente los mejores para esto son los ultrasónicos. Pero, aun así, es importante comprobar las indicaciones del fabricante.

Además, si usamos fragancias, debemos extremar aún más la limpieza del dispositivo como se indica con anterioridad.

En resumen, el uso del humidificador tiene muchísimos beneficios. Pero debemos usarlo bien. Como con tantas otras cosas en esta vida.

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