Nos acercamos al final de una era importantísima para la exploración espacial. Hoy, en caso que las condiciones lo permitan, será el último lanzamiento de un Transbordador Espacial. El honor lo llevará el Atlantis.

El programa de transbordador espacial fue desarrollado con la idea de tener un medio de transporte barato y rápido, una forma de no gastar mucho dinero y tener el poder de poner a un astronauta en el espacio en un día si fuera necesario. En la práctica las cosas se dieron al contrario: para 2011 el costo total del programa asciende a 196 mil millones de dólares (originalmente se calculaba un total de 90 mil millones de dólares). El costo promedio de lanzamiento de un transbordador al espacio es de 450 millones de dólares.

Pero la pregunta queda: ¿el dinero debería ser un obstáculo o un determinante cuando hablamos de la exploración espacial? La especie humana, por definición, es exploradora. ¿Deberíamos detenernos a pensar en términos económicos cuando se trata de entender mejor nuestro universo? La exploración espacial es una misión y un objetivo humanitario, no económico.

Estados Unidos y la NASA no tienen un sucesor para el Transbordador Espacial. Pasarán al menos diez años antes que la economía del país permita el desarrollo de un vehículo sustancialmente mejor que ponga humanos en el espacio, o tal vez, en otros planetas.

Foto: Javier Pedreira (Wicho)

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