Tras descubrir que políticos de San Francisco utilizaban Telegram para ocultar al público sus conversaciones, el San Francisco Examiner tomó la iniciativa y averiguó que al menos otros cinco concejales (en este caso reciben el nombre de “supervisores”) de la ciudad californiana estaban utilizando Telegram en los últimos minutos, gracias a tenerlos añadidos como contacto en la aplicación, ya que tenían habilitada la opción de ver este dato, que viene por defecto.

Uno de estos concejales, John Avalos, contestó a las preguntas del Examiner:

> “Todas mis comunicaciones están sujetas a las [leyes de transparencia]” y “envío mensajes normales a través de SMS. Tengo cuenta en Telegram pero apenas la uso. Sí he coordinado temas relativos a tarifas de las grúas usando Telegram. Era más versátil para ello que enviar SMS a través del iPhone”

Otros miembros han dado respuestas similares. Lo que queda claro es ver como afecta la legislación a este tipo de medidas. Pero está claro que algunos políticos buscan privacidad del público, manteniendo sus comunicaciones de trabajo como funcionarios públicos nada más y nada menos, mientras esperan que los ciudadanos de a pie puedan ser [espiados en masa a través de las agencias federales]. Eso sin contar las propias implicaciones que supone que utilicen servidores de empresas privadas para comunicarse en vez de los servidores que mantiene la administración. Los entes públicos deben contar, y cuentan, con su propia infraestructura tecnológica. Y protegerla adecuadamente.

La propia Hillary Clinton está siendo sometida a una larga y tortuosa investigación por parte del FBI, ya que utilizó un servidor privado de su propiedad para enviar y recibir emails relativos a su trabajo como Secretaria de Estado (equivalente a Ministro de Exteriores) durante la primera legislatura de Obama al frente de la Casa Blanca. Algo que está influenciando su campaña para convertirse en próxima Presidenta del gobierno de EE.UU. y podría acabar en cargos criminales presentados contra ella.

El propio Barack Obama por fin hizo declaraciones públicas al respecto del tema del cifrado y el caso del FBI vs Apple. Y lo hizo poniéndose de parte de las agencias de seguridad, proponiendo que las empresas tecnológicas cedan con el cifrado.

> Poner nuestros teléfonos por encima de cualquier otro de nuestros valores… esta noción de que nuestros datos son diferentes y deberían ser protegidos tras muros, creo que es incorrecta.

La respuesta de Obama fue rápidamente calificada como “insensata” por miembros de la industria.. Claramente Obama no entiende, o elige no entender, que no se puede crear una clave privada para que las fuerzas de seguridad puedan descifrar información cifrada. Obama no entiende que no se puede ser “muy seguro”. No hay grises en la seguridad informática: o un sistema es seguro o no lo es. Y crear puertas de acceso o los medios para crearlas es, por definición, eliminar la seguridad de un sistema.

Los políticos de Estados Unidos quieren estar protegidos del escrutinio de los ciudadanos utilizando herramientas que activamente buscan inhabilitar para que los propios ciudadanos y sus empresas mantengan conversaciones privadas, algo que la ley y la constitución americana sí protege. Las agencias y miembros de las administraciones públicas tienen el deber de hacer toda su labor y desempeño de la forma más transparente posible, es así cómo la democracia funciona. Al fin y al cabo, están ahí para servir al público, y no al revés.

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