Como con cada gran evento, de Apple, Google o Microsoft, la resaca informativa dura unos días. En mi caso, sigo pensando en la que para mí es la gran novedad de los iPhone 6s y iPhone 6s Plus: el 3D Touch. Conocido desde hace meses por su inclusión en portátiles y el Apple Watch, se sabía que llegaría al iPhone, pero muchos dudábamos de hasta qué punto aportaría valor añadido a la experiencia de uso del iPhone. La respuesta la dio Apple sobre el escenario: sin comprometer la sencillez de uso, 3D Touch es el mayor avance en interacción con el iPhone desde, prácticamente, 2007.

iphone 3d touch 2

Y lo es porque, para mí, pese a los cambios visuales y funcionales que trajo iOS 7, iOS seguía adoleciendo de ser siempre demasiado plano y lineal. Exactamente igual desde su creación, con una pantalla de inicio que apenas ha cambiado desde sus inicios, si exceptuamos pequeños cambios como puede ser la organización por carpetas. Por ello, 3D Touch aporta, como primera aproximación, además, una capa más de utilidad y velocidad a la simpleza de esa pantalla. Sus posibilidades son infinitas, y por ello, aunque con diferente implementación, queremos verlo en Android, al igual que en iOS hemos querido ver muchos avances del sistema de Google.

El Huawei Mate S ya tiene algo similar al 3D Touch, pero sin el apoyo oficial de Google, no triunfará más allá de EMUI y algún acuerdo puntual.
El Huawei Mate S ya tiene algo similar al 3D Touch, pero sin el apoyo oficial de Google, no triunfará más allá de EMUI y algún acuerdo puntual.

Sin embargo, 3D Touch no puede triunfar en Android, de momento. Y para esto es bueno conocer la idiosincrasia de la plataforma en primer lugar, y más tarde comparar con casos pasados que guarden similitud. iOS es una plataforma cerrada y controlada por Apple, con un gran mercado de aplicaciones diseñado específicamente para sus dispositivos y con una gran rentabilidad, o al menos, mucho mayor a la del Play Store. En Android, por el contrario, nos encontramos con un sistema más abierto, con muchísimos fabricantes y con varias tiendas menos rentables y con una compañía, Google, que marca el camino, pero normalmente lo hace de manera lenta si comparamos con sus partners.

Como en el caso de los sensores dactilares, hasta que Google no implemente una solución a nivel de sistema, la utilidad será muy baja.

Esto lo podemos ver en varios casos. El primero que me gustaría repasar es el de los sensores de huella dactilar. Motorola se adelantó a todos en Android con el Atrix, y después llegó HTC con el HTC One Max. Pero no fue hasta la llegada del iPhone 5s cuando el mercado reaccionó hasta ser, hoy en día, una de las funciones de moda y que más utilidad invisible dan al usuario. Los motivos del fracaso de ambas propuestas, más allá del contexto tecnológico y técnico en que se encontraban, son los mismos que pueden encontrarse hoy. En el iPhone el lector de huellas se integra a nivel de sistema mediante API, y la información de la huella se guarda de manera muy segura en el SoC. Con una sola API en tu aplicación, das soporte a millones de dispositivos. En Android no había soporte de Google a las propuestas de HTC y Motorola, y las explicaciones sobre seguridad brillaban por su ausencia. Más tarde llegó Samsung, y sí ofreció un SDK para desarrolladores, pero volvemos al principio. ¿Integrar funciones en tu app sólo para dispositivos Samsung de gama alta? Una locura teniendo en cuenta la grandeza de Android.

La cosa se ha ido refinando, hasta el punto de que por ejemplo Honor tiene en el Honor 7 un sensor de huellas capaz de funcionar como controlador de la interfaz, pero el problema, hasta este año, es que todos los fabricantes han tenido que ir haciendo sus implementaciones propietarias, y dado el letargo de Google en este sentido, los desarrolladores no han apoyado. En Android M el soporte es, por fin, oficial a nivel de sistema, por lo que esperamos ver una acogida mucho mayor. Queda por ver si los fabricantes adoptarán esta solución nativa contruyendo sus añadidos encima, como suele ocurrir con las capas de personalización, o si seguirán por su cuenta. Otro ejemplo puede ser la multiventana de Samsung, en la que, años después hay muchas aplicaciones grandes no soportadas.

Volviendo al caso original, 3D Touch en Android, mi opinión es que su integración puede ser muy útil en capas como TouchWiz o Sense, con funciones exclusivas para los propietarios de esos terminales, pero mientras Google no lo integre en Android, y para ello tienen que hacerlo sus partners en el programa Nexus, y podemos decir 2-3 años, podemos olvidar implementaciones grandes a nivel de aplicaciones como Facebook o Instagram, como Apple mostró. La plataforma ya está fragmentada, y los desarrolladores han aprendido que, mientras las soluciones no sean globales, es mejor dejarlo estar.

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