Desde que Los Sopranos irrumpieron en la pequeña pantalla, empezó a quedar clara una cosa en el mundo de la televisión: las series podían estar a la altura de las grandes películas. Por ello, aspectos como el guion comenzaron a equipararse al de las mejores producciones.
Dentro de todo ese gran catálogo, también se pueden señalar algunas de las series con mejor fotografía, las cuales se han encargado de deleitarnos con cada entrega que llegaba a nuestra televisión. Del mismo modo que la excelencia narrativa es capaz de colmar la pantalla, también hay un hueco para el deleite visual.
Así, aunque debemos reconocer los méritos de los grandes directores del cine actual, también existen profesionales que se encargan de demostrar sus mejores habilidades en las series de televisión.
Los ejemplos de ello son múltiples y variados, pudiendo encontrar desde una estética simplista y colorida, a otra donde domine lo oscuro y recargado. Como todo, en la fotografía también prima el gusto subjetivo. Lo que para mí puede ser un plano espléndido, para otra persona podría resultar antiestético. Por ello, no es de extrañar que las preferencias sobre las series con mejor fotografía también difieran en función de cada persona.
Utopía
Ole Bratt Birkeland es el encargado de la fotografía en la serie Utopía. Lo que más podemos destacar de ésta es quizá el modo en el que juega con los colores representados, todos ellos de una forma muy saturada. Asimismo, en su composición es frecuente utilizar planos abiertos y colocar a sujetos en un punto de interés concreto. Sin embargo, también existen momentos en donde la simetría colma el centro de atención, como si una película de Wes Anderson se tratase.
Hannibal
Mientras escuchamos música clásica y vemos el primer plano de un chuletón con una extraña procedencia, Hannibal se encarga de sazonar y preparar la cena que posteriormente engullirán sus invitados. Nosotros sabemos que la carne no es de ternera, ni de cerdo, ni siquiera de un animal. Pero a pesar de ello, somos capaces de babear viendo cómo tal peculiar chef prepara sobre la mesa un suculento banquete. Si hay una serie capaz de hacer una trayectoria de cámara que comience desde el esófago de una cantante de ópera, esa es Hannibal.
Mad Men
Este mismo año se despedía una de las series más admiradas de toda la historia, se trata de Mad Men. La trama de Don Draper llegaba a su fin, pero nos dejó muchos momentos icónicos para el recuerdo. Uno de los aspectos más destacados de la serie es su cuidada estética basada en los años 60. El lujo y los trajes contrastan con el estado anímico de nuestro protagonista, el cual intenta convencerse con tabaco y alcohol de una aparente felicidad. Todo ello, se transmite de una forma espléndida a través de la cámara, recurriéndose en muchas ocasiones a travellings de retroceso que acrecientan el estado de soledad.
Fargo
La serie de los hermanos Coen traslada muchas de las virtudes presentadas en sus películas a la pequeña pantalla. Así, destacará el uso de planos muy generales y extensos, que ponen a prueba la paciencia del espectador al mismo tiempo que alimentan la tensión. Concretamente, destaco el plano secuencia del séptimo capítulo, porque no hay mejor forma de mostrar algo sin enseñar demasiado.
Breaking Bad
A estas alturas, creo que poco más tenemos que añadir sobre Breaking Bad. La serie de Vince Gilligan es para muchos una de las mejores jamás creadas, unas expectativas que no se podrían haber conseguido sin un trabajo de fotografía sublime. Los planos contrapicados e incluso nadir son algunos ejemplos de los arriesgados encuadres de los que se nutrirá Breaking Bad. Por suerte, Better Call Saul continúa esa línea y prolonga aún más el universo iniciado con la historia de Walter White.
True Detective
Solo hay que ver la intro de True Detective para comprobar que estamos ante una serie con una cuidada fotografía. Mientras Rust Cohle y Martin Hart se debaten en su coche sobre el origen del universo, desde una perspectiva aérea podemos comprobar cómo el automóvil circula por una estrecha carretera amenazada por inquietantes fábricas en la lejanía. Quizás, el plano secuencia del capítulo cuarto es una de las escenas más significativas que la terminan consolidando como una de las series con mejor fotografía.