Hace ya casi año y medio de la clausura de Breaking Bad, una serie que terminó adquiriendo muchísimos adeptos, e incluso hay quien la considera como una de las mejores en toda la historia de la televisión. La llegada de Better Call Saul estaba en el punto de mira de aquellos fans que esperaban obtener algo más de ese universo creado por Vince Gilligan.

Aunque hasta la fecha solo existen dos capítulos emitidos de este spin-off, lo cierto es que ya se puede deliberar que, como mínimo, no defrauda. Además de aspectos relacionados con la historia, donde vemos cómo Saul Goodman se forja la personalidad y reputación que posteriormente le llevará a conocer a Walter White, también están presentes otros factores que ayudan a relacionar las dos obras.

La calidad mostrada en Better Call Saul era de esperar La calidad mostrada en Better Call Saul era de esperar. El compositor (Dave Porter), el equipo de directores, guionistas, e incluso algunos miembros del reparto, se repetían en este nuevo proyecto. Pero el miedo siempre ha estado ahí. No podíamos esperar una segunda Breaking Bad, pero sí una serie que no denigrase el universo que antes se había creado.

Better Call Saul cumple, y gran parte de culpa también la tiene su fotografía. El encargado de ésta, Michael Slovis, ha sabido trasladar la belleza en los planos de Breaking Bad al reciente proyecto de Vince Gilligan. El resultado no es únicamente una serie estéticamente parecida a su antecesora, también se ha heredado la forma narrativa de hablar con la imagen.

El encuadre en los planos de Breaking Bad no se elegía únicamente porque resultase más atractivo, sino que igualmente tenían una carga narrativa bastante profunda. Un plano detalle de un objeto o una mirada puede tener incluso más relevancia que varias páginas de guion.

Por ello, vamos a intentar recopilar aquellos rasgos que han transformado a la serie de Walter White en un producto único, y ver cómo Better Call Saul también se nutre de éstos. Eso sí, puede que algunas de las imágenes mostradas tenga algún spoiler, por lo que es recomendable que estéis al día con ambas series antes de seguir leyendo.

Los planos detalles

Empezar la serie de Saul Goodman con una escena donde, al ritmo de la música, se intercalan planos detalles de unos pasteleros “cocinando”, supone una reminiscencia clara a aquellos momentos en los que Walter también cocinaba, pero para crear metanfetamina.

Los encuadres cerrados han jugado un papel muy importante en el anterior producto de Gilligan. La historia ha creado algunos iconos en base a los cuales se desarrollaba, como el ricino o el Roomba de Jessie. Los planos de objetos cercanos también han sido un recurso para realizar un montaje muy dinámico, algo que la última serie también parece cumplir.

Contrapicados/ Nadir

Otros de los grandes referentes de la serie donde aparece Brian Craston. Al igual que Tarantino, Gilligan también coloca su cámara desde un ángulo muy inferior y en ocasiones totalmente por debajo del sujeto, en perpendicular al suelo.

El resultado es un plano bastante impresionante, que se suele utilizar en momentos donde se quiere dar un especial énfasis a aquello que ocurre. Un ejemplo de ello es la escena en la que Walter utiliza fulminato de mercurio para ocasionar una explosión en el despacho de Tuco. El latinoamericano también tiene su papel en la nueva serie, y precisamente el primer plano que vemos de éste es un encuadre nadir de su brazo apuntando a Saul.

Planos subjetivos

La imagen de Walter recogiendo dinero de la secadora es ya todo un icono. El punto de vista de algunos encuadres son muy peculiares, llegándose a utilizar incluso el anteriormente mencionado Roomba como soporte para poner una cámara.

En Better Call Saul aún no han tenido un papel extremadamente relevante, pero sí que se han dejado ver en alguna ocasión y estoy seguro que volverán a aparecer.

Planos cenitales

Este punto supone todo lo contrario que el anterior. En esta ocasión, la cámara se coloca justo encima de los personajes. Ese tipo de planos también suponen un recurso muy particular, frecuentemente utilizados para crear sensación de lejanía con respecto al personaje que se muestra.

Recordemos por ejemplo el momento en donde Walter buscaba el dinero negro en el subsuelo de su casa. Para representar el dramatismo de esa escena, se recurrió a un zoom out desde un plano cenital, todo ello mientras veíamos cómo el profesor de química se encontraba al borde de la locura.

Composición

En muchos momentos también se utilizan encuadres especialmente impactantes. Aunque existan muchos sujetos en el cuadro, un buen uso de la regla de los tercios nos provoca centrar el interés en un punto concreto.

A pesar de tener un gran plano general, si se utilizan los puntos de interés de un modo adecuado no deben existir problemas para focalizar la atención en una zona. Esto es algo que igualmente aparece en Better Call Saul, otorgándonos escenas que incentivan a capturar el momento para posteriormente usarlo como fondo de pantalla.

Luz

Uno de los momentos que más me han recordado a Breaking Bad es cuando viajan al desierto. Allí, las tonalidades del cielo y la tierra configuran una imagen muy característica, y es inevitable pensar en la serie más conocida de Gilligan cuando vemos una etalonación de esas características.

Michael Slovis vuelve a repetir sus técnicas en este nuevo proyecto, y lo cierto es que no lo puede hacer de mejor manera. Sus tomas nos recuerdan a Breaking Bad, pero su historia tiene personalidad propia.

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