La excepcional campaña de marketing que está realizando Lexus está dejando a mucha gente con la boca abierta. Muy recientemente, la compañía mostraba un prototipo de hoverboard, una "aerotabla", parecida a la que el propio Marty McFly usara en el 2015 de "Regreso al Futuro 2". Lexus ha declarado que no es ningún truco comercial, que su hoverboard es real y funciona. Y que además va demostrarlo en breve con vídeos y presentaciones que lo prueban. Bien, yo, particularmente me lo creo. Pero no me sorprende ni me impresiona lo más mínimo. Y voy a explicar por qué.

Este no es el primer hoverboard

Ni mucho menos. Dejando de lado el resto de aerotablas (de la cual, probablemente la más espectacular sea la de Catalin Alexandru Duru, que ha conseguido volar 275,9 metros) resulta que las hoverboard basadas en tecnología magnética ya existían. Grosso modo, y simplificando muchísimo, hablamos de un vehículo que funciona por levitación magnética. Y no es por nada, pero es una tecnología que usamos para levantar algo más que una tabla y a una sola persona. ¿Os suenan los trenes superrápidos japoneses? La tecnología base es la misma. Por eso, el hoverboard de Lexus no es el primero. De hecho, si tuviera que hablar del primer hoverboard comercial, sin duda nombraría al de Hendo, una fabulosa campaña Kickstarter que promocionó esta tecnología a un nivel más cercano que la construcción de transporte público. Aunque ahora después hablaremos un poco más de la tecnología, la pregunta que todos nos hacemos ahora mismo es ¿de qué es capaz el hoverboard de Lexus?

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Bueno, en primer lugar, desde la compañía afirman que puede sostener a una persona. Eso es posible y se ha visto numerosas veces. En segundo, que se puede maniobrar con ella. Esto también es posible, aunque la experiencia no es como la de un monopatín normal: el hoverboard no tiene casi fricción ni impedimentos, por lo que se desliza muy suavemente. Demasiado, ya que los giros y cualquier esfuerzo que se le aplique actúa de la misma manera, por lo que no es como un monopatín tradicional a la hora de maniobrar. De hecho, al no existir fricción, no se puede dirigir de forma tradicional: la tabla irá siempre hacia adelante sin poder cambiar de dirección. Por otro lado, no se pueden hacer saltos y su estabilidad es firme pero delicada, por lo que despedíos de "ollies", "flips" y todas esas cosas. Por otro lado, efectivamente, necesita de nitrógeno líquido (que presumiblemente es el culpable del humo que sale de la tabla) u otro superenfriador para los superconductores. Además, necesita, sin más remedio, de una superficie metálica para funcionar. Sí, debajo del cemento del vídeo, hay metal, y así lo ha afirmado Lexus.

Levitación magnética, tecnología punta

A pesar de que es una preciosa campaña de marketing, que además irá apostillada con algunas exhibiciones (en Barcelona, por ejemplo), Lexus ha confirmado que no tiene intenciones de comercializar ningún hoverboard. De hecho, es lo más obvio debido a sus limitaciones. Un hoverboard no es un monopatín volador como el de la película. Y dudo mucho que lo sea nunca. Eso no quiere decir que no pueda convertirse en un gran medio de transporte. Sin fricción, estable y limpio. Pero claro, requiere de componentes carísimos como son los imanes especiales y superconductores, el sistema de contención del refrigerante y la envoltura, etc. En sí, es un sistema bastante delicado hasta donde hemos podido ver. La tecnología que emplea, como decíamos, es capaz de levantar un tren de cientos o miles de toneladas hasta 10cm del suelo sin casi esfuerzo. Y además lo hace viajar a cientos de kilómetros por hora (600km/h es el último récord). Para ello emplea un fuerte campo magnético que repele el campo magnético de un material como el metal. Es el efecto contrario al de la atracción de dos imanes, para que lo entendamos, aunque algo más complicado.

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Una hoverboard, al fin y al cabo, trata de usar esta tecnología a una escala mucho menor. La iniciativa de Hendo, por ejemplo, pretendía usar la hoverboard como reclamo para atraer la atención sobre su escalabilidad; lo que en mi opinión resulta muchísimo más interesante. Hay que admitir que a apenas unos días del 30 aniversario de "Regreso al Futuro", y siendo este el año al que vuelve McFly, cualquier noticia sobre un nuevo hoverboard parece crecer desmesuradamente. Y probablemente algo de razón haya para ello. Porque la tecnología la conocemos y la llevamos usando desde hace mucho tiempo. Desde luego, todavía no la dominamos; aunque ejemplos como la hoverboard de Lexus o la tabla de Hendo nos indican que cada día estamos más cerca de hacerlo. Puede que cuando lo hagamos, el resultado no sea como en nuestra fantasía. Pero, a lo mejor, esto solo quiere decir que lo que podemos hacer de las aerotablas es mucho mejor de lo que esperamos.