Como si de un "Benjamin Button inverso" se tratara, los niños afectados por progeria sufren una suerte de envejecimiento acelerado. Tan acelerado que los más pequeños, a los pocos meses de edad, presentan síntomas propios de la vejez, como calvicie, piel seca y descamada, ausencia o retraso en la formación de los dientes y limitación […]