Ya hemos visto en varias ocasiones que la ciencia no se encuentra entre las prioridades de Donald Trump y su equipo de gobierno. El presidente de los Estados Unidos y Elon Musk han hecho todo un espectáculo de la vuelta a la Tierra de los astronautas varados en la Estación Espacial Internacional por un problema técnico de Boeing, pero la ciencia va mucho más allá de eso y el resto de facetas las están descuidando o castigando. Un buen ejemplo de ello es la inminente llegada al país de miles de ejemplares de especies invasoras. Varios expertos han advertido de ella y las consecuencias pueden ser terribles.
Todo se debería a los recortes establecidos por el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), dirigido por Elon Musk. El objetivo de este programa es, según se estableció con su creación, reducir el gasto federal y racionalizar las operaciones del Gobierno. No obstante, sus medidas están siendo una ristra de recortes a diestra y siniestra, aparentemente carentes de sentido.
Muchas instituciones gubernamentales están viendo su personal y su financiación reducidos al mínimo. Eso supone un detrimento en la calidad de su trabajo. Por eso, el hecho de que el Departamento de Agricultura (USDA) sea uno de los que más han sufrido esos recortes resulta especialmente preocupante. Los expertos ya han advertido que puede ser un duro golpe a la seguridad alimentaria de Estados Unidos y que, para colmo, muchísimas especies invasoras podrían entrar de forma masiva en el país.
Los recortes de DOGE abren la puerta a las especies invasoras
DOGE es un Departamento que, supuestamente, se ha creado de forma excepcional para poner al día las cuentas de Estados Unidos. Si todo va bien, debería disolverse el 4 de julio de 2026. Pero, hasta entonces, hay tiempo de destrozar el bienestar del país en muchos sentidos.

En el caso del USDA, por ejemplo, los recortes, en los que se han incluido 6.000 espinos en febrero, pueden tener consecuencias terribles tanto para el medio ambiente como para la salud de los estadounidenses. Lo ha denunciado en WIRED una de las personas despedidas bajo esta iniciativa. Se trata de Derek Copeland, un adiestrador de perros especializado en el entrenamiento para la detección de especies invasoras.
¿Pero qué son las especies invasoras?
Se considera como especie invasora cualquier especie, animal, vegetal u hongo, que prolifera en un hábitat que no es suyo, desplazando con ello a las especies autóctonas. En España tenemos muchos ejemplos. Uno de los más conocidos es el de las cotorras.
Estas aves son autóctonas de varios países de Sudamérica. Llegaron a España como mascotas. Sin embargo, cuando se escapan o se liberan tienen una gran capacidad para reproducirse y expandirse por el medio. El problema es que no pertenecen a este medio, por lo que su expansión produce un grave desequilibrio en los ecosistemas. Por ejemplo, compiten por los recursos existentes con otras aves que sí son autóctonas en España. A veces no solo compiten, sino que se comen los huevos de otras especies, como el mirlo. También destrozan cultivos de árboles frutales y maíz, entre otros. Incluso se las considera un vector de propagación de patógenos.
Volviendo a Estados Unidos...
Las especies invasoras, especialmente plantas y animales, suponen un gran problema ambiental. Por eso, su Departamento de Agricultura cuenta con perros adiestrados para reconocer especies invasoras. Algunas son difíciles de diferenciar de las autóctonas, por lo que si se quiere controlar la expansión de las primeras es importante una buena detección. En el caso de Copeland, por ejemplo, en el momento de su despido estaba adiestrando perros para la detección del caracol terrestre africano gigante. Este molusco puede llegar a Estados Unidos mezclado con mercancías del extranjero y supone un grave peligro para la agricultura, especialmente en Florida, donde ha encontrado un magnífico hábitat para invadir.

Como Copeland, otros muchos compañeros han sido despedidos, reduciendo muchísimo la capacidad de detección de especies invasoras. También se han realizado muchos recortes en el programa de Protección de Plantas y Cuarentena. En este trabajan personas especializadas en la detección de plantas que puedan poner en peligro los cultivos estadounidenses. Reducir su personal puede ser peligrosísimo.
También supone un problema de seguridad alimentaria
El programa de adiestramiento de perros no se encarga solo de detectar especies invasoras. También hay canes que se especializan en encontrar patógenos que puedan causar infecciones zoonóticas. Lo mismo con el personal especializado. Muchos trabajadores se dedican específicamente a este tipo de detección. Teniendo en cuenta la que hay liada desde hace meses en Estados Unidos con la gripe aviar, está claro que es un sistema necesario.
Copeland señala que muchos de los expertos en esta materia también han sido despedidos. Recuerda que su trabajo no es fácilmente sustituible por la Inteligencia Artificial y que las consecuencias pueden ser muy graves.
Además, dada la pérdida de personal, las plantas y alimentos que llegan a los puertos estadounidenses pasan tanto tiempo a la espera de inspección que acaban pudriéndose, con la pérdida económica que eso supone.
Más ejemplos de que las especies invasoras no son una prioridad para DOGE
A finales del siglo XIX y principios del siglo XX se construyeron varios canales en los Grandes Lagos de Estados Unidos con el objetivo de transportar personas y mercancías directamente desde el mar. Esto inicialmente fue muy positivo a nivel económico. Pero, con el tiempo, se convirtió en un problema relacionado también con especies invasoras.
Las lampreas de mar, procedentes del océano Atlántico, utilizaron estos canales para llegar a los Grandes Lagos, convirtiéndose en especies invasoras por su gran papel depredador de las especies autóctonas. En algunos lugares, como Ohio, las poblaciones de peces se redujeron a niveles preocupantes, especialmente a partir de la década de 1960. Por eso, el Servicio de Pesca y Vida Silvestre creó el Programa de Control de la Lamprea, dirigido a detectar cada temporada los huevos de este animal y destruirlos antes de que lleguen a eclosionar. Con ello se mantienen a raya las poblaciones de estas especies invasoras. Gracias a ello, actualmente la pesca en Ohio genera 7.000 millones de dólares al año y 75.000 puestos de trabajo.

Por otro lado, las poblaciones nativas de Ohio tienen derechos de tratado que les permiten pescar para alimentarse en estos lagos, sin tener que pagar por ello.
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Todo eso podría desaparecer, pues entre las medidas de DOGE se encuentra también la retirada de financiación al Programa de Control de la Lamprea. Si esto ocurre, estas especies invasoras volverán a hacerse con los grandes lagos, afectando no solo ambientalmente, sino también económicamente a las comunidades que viven de la pesca en esta zona de Estados Unidos.
En definitiva, no parece que DOGE esté “racionalizando” muy bien sus operaciones. Muchos estadounidenses ya han alzado la voz para evitar los recortes. ¿Lo lograrán? La motosierra que el argentino Javier Milei le regaló a Elon Musk no augura nada bueno.