Está claro que los coches con motor de combustión son un claro ejemplo de contaminación del aire. Las consecuencias sobre la salud de esta contaminación son cada vez más conocidas. De hecho, hace poco se ha descubierto que están detrás de muchos casos de cáncer de pulmón en no fumadores. Sin embargo, hay algo que no tiene nada que ver con el tubo de escape, que también es peligroso y se encuentra incluso en los coches eléctricos: el polvo de frenos.
En un estudio publicado recientemente en el British Medical Journal por científicos de la Universidad de Southampton demuestran que el polvo de frenos es más peligroso para las células pulmonares que el derivado de las emisiones de los tubos de escape de diésel. El problema es que, a pesar de que no son los primeros en señalar este problema, mencionan que en Reino Unido, donde se ha llevado a cabo el estudio, no hay ninguna legislación que regule la cantidad de dicho polvo que liberan los vehículos. Tampoco la hay en otras partes del mundo; aunque en Europa sí que se están empezando a tomar medidas.
Es muy necesario legislar y, de paso, buscar alternativas. Los materiales que hoy en día se usan para cubrir las pastillas de freno se desarrollaron precisamente para sustituir al amianto que se usaba en el pasado. Después de que se comprobase que este material es altamente tóxico, se decidió cambiar la composición. Sin embargo, los nuevos recubrimientos tienen un alto contenido en cobre, que también ha resultado ser altamente tóxico para los pulmones. Por eso, para prevenir los efectos del polvo de los frenos, es importante dar a conocer este problema y que se tomen medidas al respecto.
El desconocido peligro del polvo de los frenos
Cuando los frenos, los neumáticos e incluso el propio material de las carreteras se desgastan se liberan partículas conocidas como emisiones sin escape. Estas no son tan contaminantes para el medio ambiente como las emisiones de los tubos de escape. Sin embargo, sí que pueden ser muy peligrosas para la salud. Posiblemente, más que las derivadas de los motores de combustión. Esta era la hipótesis de los autores del estudio que se acaba de publicar. Para comprobarlo, cultivaron células de pulmones humanos en el laboratorio.
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Después, las pusieron en contacto con partículas tanto del polvo de frenos como de las emisiones del tubo de escape de coches diésel. Al hacerlo, vieron que las células sufrieron mayores daños con el polvo de frenos. Eran daños que, si esas células hubiesen estado en un pulmón real, podrían haber producido enfermedades como asma, cáncer o enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). Pero lo más curioso fue que, al eliminar el cobre de la composición del polvo de frenos, esos efectos se redujeron muchísimo.
Una legislación necesaria
Las emisiones de los motores de combustión están cada vez más reguladas. Incluso se está prohibiendo el paso en algunas ciudades a vehículos que no sean eficientes en este sentido. Todo sea por cuidar el medio ambiente y los pulmones de los ciudadanos. Pero nadie piensa en el polvo de frenos. O casi nadie.
En Europa lleva varios años forjándose la legislación EURO 7. Esta se propuso por primera vez en 2022, con el objetivo de mejorar la calidad del aire protegiéndolo de los impactos del transporte automotriz. Eso incluye las emisiones de los tubos de escape, por supuesto. Pero también se tienen en cuenta el polvo de frenos y del desgaste de los neumáticos.
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Aún no se han implementado estas medidas. Se requiere tiempo, por ejemplo, para establecer las mejores técnicas para cuantificar las emisiones de polvo de frenos de los vehículos. Sobre todo se debe prestar atención a las partículas PM10. Es decir, aquellas cuyo diámetro es menor de 10 micras. Con estas dimensiones tienen capacidad para infiltrarse en los tejidos pulmonares y causar daños como los que estos científicos ingleses vieron en sus cultivos celulares.
Si todo esto se implementa correctamente, puede que en un futuro, en la ITV, analicen también el polvo de frenos de tu coche. En caso de que se libere demasiado, no debería circular. Aunque, si mientras tanto se encuentran un material alternativo cuyo desgaste no sea tóxico, mejor que mejor.